La llegada de la primavera es considerada tradicionalmente como el inicio de la época de las alergias, principalmente por el incremento de las partículas de polen en el aire, producto de la floración de diferentes especies de árboles y plantas.

Sin embargo, este fenómeno estacional -que en verdad está presente durante todo el año, dependiendo de las regiones y el tipo de vegetación existente en ellas- está lejos de ser el principal causante de las molestas y habituales rinitis, dificultades respiratorias y otras alteración de carácter nervioso o eruptivo, que afecta a una de cada cuatro personas.

Según explica el otorrinolaringólogo Óscar Castro Mendoza, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, los pelos o la caspa de las mascotas -principalmente de perros y gatos, los ácaros dermatofagoides del polvo y una serie de hongos presentes en las casas tienen efectos aún peores y más persistentes que el polen, y no solo en primavera.

“Si bien se produce un incremento del polen en esta época, sus efectos no son mayores que los que provocan estos otros agentes causantes. Hay que saber que las partículas de polen presentes en el aire, también se pegan a la ropa, en nuestro cabello y entran a las casas cuando las ventilamos”, explicó.

“Un porcentaje de esas motas de polen permanecerán hasta unos tres meses, en especial en nuestra ropa y algunos rincones y rendijas. Pero el pelo y la caspa de las mascotas, los ácaros y ciertos hongos pueden permanecer hasta un año en nuestros hogares, en especial en alfombras, colchones, sábanas, almohadas y cortinas. Es decir, su efecto es mucho más permanente y prolongado”, asegura el especialista.

Por lo anterior, el doctor Castro recomienda en esta época, primero, ventilar las casas todos los días unos 15 minutos, abriendo todas las ventanas para luego cerrarlas, ojalá a partir de las 20 horas, cuando hay menos viento y concentración de agentes causantes en el aire.

También sugiere ducharse cuando se regresa a la casa y lavar la ropa que se trae puesta, en especial si se ha estado haciendo deporte o trabajando al aire libre.

Asimismo, advirtió que no hay medicamentos que generen cura de las alergias, ya que estos son solo paliativos para mantener los síntomas a raya.

Cómo evitarlas en primavera

La medida básica que debe adoptar toda persona alérgica es evitar el contacto con el antígeno causante. Según precisó Castro, para quienes sufren de rinitis alérgica la recomendación habitual es tratar de no circular por los lugares con alta polución ambiental o por donde existan aquellas especies vegetales cuyo polen es el responsable de generar la reacción.

“Cada zona o región del país posee una flora propia, en la que predominan algunas especies. En la Región de Valparaíso, por ejemplo, las que más abundan son el pino, el ciprés, el eucaliptus, el aromo, el plátano oriental, el litre y el álamo, en lo referido a los árboles; la acedera, el llantén y la parietaria judaica, en cuanto a las malezas, y los pastos silvestres del tipo gramíneas. Algunos de ellos comienzan a generar polen a partir de julio”, acotó.

Pero no solo hay que evitar el polen o la contaminación. Según advierte el especialista, de igual manera es aconsejable no exponerse al frío, humo del tabaco y al polvo en suspensión, ya que esos elementos también pueden desencadenar reacciones en las personas que ya sufren de rinitis.