El frío no sólo aporta a la propagación de virus respiratorios o a la mala calidad del aire. También supone una amenaza para pacientes que padecen alguna enfermedad crónica como el EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), asma o fibrosis pulmonar. Las bajas temperaturas, propias de esta época, pueden provocar descompensaciones con consecuencias graves y llevar, por ejemplo, a padecer neumonías.

“Las vías respiratorias son muy vulnerables a los cambios de temperatura y humedad. El frío, por tanto, tiene un efecto debilitante y paralizante en los mecanismos de defensa de estas vías”, señala Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.

“Los cambios de temperaturas favorecen la aparición de procesos virales, que empeoran la condición general de este tipo de pacientes”, indica.

Cabe señalar que según estimaciones del Ministerio de Salud, el EPOC tiene una prevalencia cercana al 16% en mayores de 40 años y causa la muerte de dos mil personas al año en nuestro país.

Asimismo, el frío asociado a largos periodos sin lluvia, produce una alta polución ambiental, que afecta directamente a todos los pacientes con afecciones respiratorias.

Por esto, las herramientas de prevención son fundamentales en esta población. “El vacunarse contra la gripe o la aplicación de otras como la antineumocócica –que previene la neumonía- interferirán en la acción de los virus y bacterias, disminuyendo la morbimortalidad por procesos infecciosos en este tipo de pacientes”, recalca Molina.

Por estas razones, te entregamos prácticos consejos para que el frío no agudice los síntomas que sufren los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas.

– Cuidado con los cambios de temperatura:

No podemos desestabilizar al organismo con estos cambios que sólo producen debilitamiento en el sistema inmune.

– No interrumpir la medicación:

Muchos pacientes crónicos, ante la agudización de los síntomas frente a las bajas temperaturas, dejan de tomar sus medicamentos ya que piensan que “no están surgiendo efectos”.

No obstante, “es vital que estos pacientes mantengan sus tratamientos, ya que sin éstos los cuadros respiratorios pueden agravarse. Ser adherente al tratamiento y, sobre todo, ser persistente a la terapia son claves para ellos”, enfatiza Molina.

– Vacunarse como forma de prevención:

Las vacunas reforzarán el sistema inmune, ayudando a que estos pacientes puedan desarrollar enfermedades típicas de invierno pero de forma mucho más leve. Finalmente, el padecimiento de estas enfermedades anexas son claves en la agudización de los síntomas de las enfermedades respiratorias crónicas.

– Hidratación:

Aunque se tenga menos sensación de sed, es importante mantener una buena hidratación para ayudar al funcionamiento general del sistema.

– Alerta a nuevos síntomas:

Las enfermedades crónicas pueden evolucionar, generando nuevos síntomas que, muchas veces, son pasados por alto. “Darse cuenta de nuevos síntomas en clave puesto que, a través de esta información, el médico tratante puede ajustar el tratamiento de estos tipos de pacientes”, afirma la facultativa.

Por último, no podemos olvidar que este tipo de pacientes requieren del seguimiento constante del especialista. Por esto, las visitas periódicas al médico tratante son esenciales para mantener estas patologías controladas. Ser responsable con la salud es clave para que se cumpla el dicho popular y “pasemos agosto”.