Los cambios de ánimo o humor son normales en las personas y es que no podemos vivir contentos o enojados todo el tiempo. Por lo mismo, transitamos a través de una amplia gama de emociones que nos permiten llegar al equilibrio para poder subsistir.

Los problemas comienzan cuando esos cambios de humor se salen de control, afectan la vida diaria y se extienden en el tiempo. Es en esos momentos cuando hablamos de trastornos del ánimo.

Según Daniela Castro, psicóloga clínica y académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Finis Terrae, esta “es una alteración del estado anímico de la persona que dura más de dos semanas y que es permanente en el tiempo”.

“La persona siente que no es la misma y, especialmente, siente dificultad para realizar sus actividades, cumplir sus metas y las cosas que antes hacía usualmente”, explicó la profesional a BioBioChile. “Con un trastorno del ánimo todas las actividades cotidianas, incluso las más simples como levantarse, ducharse, vestirse, hacer el almuerzo, etc. se tornan difíciles”, asegura la profesional.

En el mundo son millones de personas las que batallan contra trastornos del ánimo en cualquiera de sus formas. Y es que dentro de este, existen varios tipos que afectan a las personas de diversas maneras.

Uno de los tipos más comunes es el Desorden Bipolar, que según la Clínica Mayo, es una condición que causa extremos cambios de humor, como pasar de la euforia -denominado como estado de hipomanía o manía- a la depresión profunda. “Estos cambios pueden afectar el sueño, la energía, el juicio, el comportamiento e incluso la habilidad de pensar claramente”, explica la entidad.

De acuerdo a la Asociación Americana de Psicología, este desorden también puede restringir la habilidad del paciente de poder llevar a cabo sus tareas diarias, además de ser capaz destruir relaciones personales y profesionales; y en casos extremos, el desequilibrio emocional puede conducir al individuo al suicidio.

Y aunque el Trastorno Bipolar afecta al 1.7% de la población, hay muchos que creen que el Trastorno Depresivo se convertirá en la próxima pandemia del siglo.

Este es otra forma de Trastorno del Ánimo, y quizás la más común de todas. “En este caso, la persona se da cuenta que ya no disfruta las cosas que antes disfrutaba, que está desanimada y ya no le dan ganas de hacer las cosas que antes sí quería hacer. En el caso más severo de un trastorno depresivo mayor, la persona empieza a perderle el gusto a vivir, por ejemplo”, sentenció Castro.

También llamada Depresión Clínica, se trata de largos períodos de extrema tristeza que regresan una y otra vez. El paciente también llega a sentirse abrumado con tareas pequeñas, además de vacío, desesperado, cansado y distraído.

Dentro del Trastorno Depresivo, también se encuentra la Distimia (o Trastorno Depresivo Persistente), que cuenta con síntomas muy similares pero con una duración de más de dos años.

“La distimia se considera un trastorno depresivo mayor, persistente. La sintomatología puede presentarse desde la niñez, acentuarse en la adolescencia y persistir en la edad adulta. Esta condición crónica puede aparecer por dos meses, atenuarse, y volver a aparecer (con la misma o mayor intensidad) durante años”, explicó al diario electrónico The Huff Post, la neuropsicóloga clínica Tania Gómez.

Tal como afirma la especialista, uno de los peligros de la distimia es que puede hacer pensar al paciente que ya se fue, pero volver a tomar fuerza cuando menos lo espere. Las personas con este problema pueden llegar a sentirse felices y normales, por lo que no buscan ayuda profesional a tiempo, lo que a la larga empeora la situación.

A los anteriores además se suman el Trastorno Ánimo Ansioso y el Mixto. “Si se trata del primero, la persona siente muy dificultadas las tareas o metas que se propone”, afirma Castro y agrega que también “se puede presentar un Trastorno del Ánimo Mixto donde se presentan ambos síntomas (ansioso y depresivo) y alterar el funcionamiento normal de la persona”.

En este último, sus síntomas van desde la angustia, dificultad para concentrarse, tensión y preocupación excesiva e irracional, durante más de dos semanas.

Otros trastornos del ánimo son el afectivo estacional, ciclotímico (menos extremo que en el bipolar) y disfórico premenstrual (irritabilidad que se produce durante la fase premenstrual), entre otros.

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¿Qué causa los trastornos del estado de ánimo?

Según la clínica Johns Hopkins, muchos factores contribuyen a los trastornos del ánimo, aunque “es probable que sean causados por un desequilibrio de sustancias químicas del cerebro”.

Cualquier persona puede sufrir de trastorno del ánimo, pero los niños, adolescentes o adultos cuyos padres experimentaron este problema, tienen una mayor probabilidad de desarrollarlo. “Sin embargo, los eventos de la vida y el estrés pueden exponer o empeorar los sentimientos de tristeza o depresión. Esto hace que los sentimientos sean más difíciles de manejar”, agregan desde Hopkins.

En otras palabras, el trastorno del ánimo termina por afectar la vida cotidiana. “El día a día se vuelve muy pesado, agotador, porque uno no tiene la energía ni la disposición anímica para enfrentarlo bien. Así, se va desgastando cada vez más la rutina y por eso que también los seres queridos más cercanos a esa persona se dan cuenta de este trastorno”, explicó Castro.

Los síntomas a considerar, según Hopkins

Estos pueden cambiar de acuerdo a la edad, sexo y forma del trastorno que enfrente.

– Lleva semanas sintiéndose triste, ansioso o “vacío”

– Se siente desesperanzado o indefenso

– Tiene baja autoestima y siente que no vale nada

– Siente culpa excesiva

– Tendencias suicidio, desea morir o intenta quitarse la vida (requieren atención inmediata)

– Pérdida de interés en actividades habituales o actividades que antes disfrutaba, incluido el sexo.

– Problemas de pareja

– Problemas para dormir o dormir demasiado

– Cambios en el apetito y/o peso.

– Energía disminuida

– Tiene problemas de concentración

– Disminuye su capacidad de tomar decisiones.

– Molestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de estómago o cansancio) que no mejoran

– Sensibilidad al fracaso o al rechazo.

– Irritabilidad, hostilidad o agresión.

Cuándo buscar ayuda

La mayoría de los trastornos pueden ser tratados con psicoterapia y medicamentos, pero para llegar a eso, lo primero es buscar ayuda.

Los especialistas recomiendan acudir a un médico especialista que lo pueda guiar por el mejor camino, pero si no se tiene la posibilidad de acceder a uno, se puede buscar el consejo de un amigo o alguien en quien confiar y además tener una red de apoyo.

“Es muy importante que las personas que están a su alrededor se vinculen con ella, que tengan relaciones interpersonales que sean de aceptación, contenedoras, que te quieran. Muchas veces una persona que está con el trastorno del ánimo no necesita la ayuda cliché como ‘ya, arriba el ánimo, para qué estás triste, etc’, porque también la tristeza, a veces cuando se altera el ánimo, es un indicador de tener que parar, procesar, vivir el duelo o lo que sea que esté causándole”, explicó.