Estudios científicos aseguran que bastan tres segundos para determinar si una persona te agrada y quieres pasar un tiempo con ella o no.

En ese brevísimo espacio se sacan conclusiones a partir de diferentes aspectos que van desde el nombre hasta el nivel de inteligencia, con lo cual se determina si el sujeto es digno de confianza.

En ese lapso cada detalle importa. Algunos aseguran que la sonrisa es la clave, pero si bien esta puede ser beneficiosa, una carcajada puede condenar el inicio de una buena relación.

De hecho, existen varias inocentes e involuntarias acciones que pueden provocar que le desagrades a la gente y a continuación te contamos algunas de éstas, que han sido investigadas por la ciencia.

No abrir los ojos lo suficiente

¿Recuerdas esas fotos de actores y modelos con los ojos entrecerrados para crear un aire de misterio y sensualidad? Pues sólo le funciona a ellos. Según un estudio realizado por los psicólogos de la Universidad de Michigan, Daniel Kruger y Jory Piglowski, no abrir los ojos lo suficiente provoca rechazo de parte de los demás.

Los investigadores dieron a 200 personas dos imágenes de un hombre. En una aparecía con los ojos abiertos y en la otra con ellos entrecerrados, su expresión, sin embargo, era exactamente igual en ambas fotos.

Tras esto debieron responder una serie de preguntas y calificarlos según su atractivo para una relación.

A las mujeres también se les consultó si les gustaría que el hombre con los ojos entrecerrados fuera el padre de sus hijos o si confiaban en que acompañara a su hermana en un largo viaje. A los hombres, en tanto, se les preguntó si les gustaría tenerlo como yerno o si estarían de acuerdo en que viajara con su novia en un viaje largo. A ambos también se les preguntó si les gustaría tenerlo como socio de negocios o vecino.

Las mujeres coincidieron en que el hombre parecía no estar interesado en una relación a largo plazo y que tampoco lucía muy confiable. En cambio al sujeto de la otra imagen, tanto ellos como ellas, lo calificaron como confiable, agradable, estable e incluso atractivo.

Con esto en mente, los investigadores aseguraron que las personas suelen asociar los ojos abiertos con la juventud, por lo que al entrecerrarlos intentan demostrar madurez e incluso madurez sexual, lo que no siempre trae buenos resultados.

Zendaya
Zendaya

Tu voz es demasiado masculina o femenina

A menos que seas un imitador de la talla de Stefan Kramer, difícilmente podrás cambiar tu voz, sin embargo, esto puede ser determinante para agradarle o no a alguien.

Según un estudio de la Universidad McMaster, pese a los estereotipos sociales de cómo deben ser las voces masculinas y femeninas, a las personas no les gusta verlos convertidos en realidad, al menos en lo que a relaciones compete.

La investigación grabó voces femeninas y masculinas diciendo palabras como “aah” y “ooh”. Luego las alteraron para que se escucharan más agudas en las mujeres y más graves en los hombres.

Dichos audios fueron puestos a un grupo mixto, a quienes se les pidió que los calificaran de acuerdo a su atractivo. Los investigadores descubrieron que los hombres evaluaron con menor puntuación las voces más altas de las mujeres, y aseguraron que habían menos opciones de salir en una cita con ellas. En tanto, las mujeres hicieron lo propio con los hombres con tonos más masculinos.

Sin saber nada más sobre este desconocido, ambos sexos creían que los propietarios de las voces en cualquiera de los extremos, no sólo eran menos fiables, sino que también eran más propensos a engañar.

Pero hay una razón tras esto, ya que según explicaron en el estudio, los hombres con voces más bajas poseen mayor cantidad de testosterona, lo que confiere una tendencia a la infidelidad y a escapar del compromiso.

En tanto, las mujeres con tonos más altos, tienen una mayor cantidad de estrógenos, lo que provoca un efecto similar.

Los investigadores creen que el disgusto de las voces profundas y altas evolucionó para impedir que nos juntemos con parejas menos leales.

Ser demasiado amable

Al parecer agradar a alguien es más difícil de lo que pensamos. Un estudio presentado en el Annual Meeting of the Association for Computational Linguistics en Beijing, determinó que las personas desconfían de quienes son muy amables y agradables.

Para obtener sus resultados, los investigadores a cargo hicieron que sus participantes jugaran un juego online con otros cinco competidores, quienes en realidad eran figuras virtuales con personalidades preprogramadas.

Tres de los cuatro eran jugadores promedio, no muy agradables ni muy malos, pero que se desempeñaron de manera justa. Sin embargo, el cuarto jugador variaba entre egoísmo excesivo y falta de egoísmo exagerado, con comportamientos como botar el tablero cada vez que perdía, o tirarse sobre una alfombra para que su contrincante no se ensuciara los zapatos.

Luego del juego, le preguntaron a los participantes con cuál de estos participantes volverían a jugar, a lo que respondieron negativamente en ambos casos.

El caso del egoísta era por razones obvias, pero lo interesante vino con el jugador demasiado amable. Los participantes creían que tenía un motivo secreto para actuar así, y además, que buscaba hacer lucir mal al resto, por comparación.

Según los investigadores, las personas amables tienden a calcular sus movimientos mucho más que el resto de las personas (lo que puede ser producto de inseguridad, miedo al rechazo o timidez), lo que provoca desconfianza y miedo a la traición en los otros.

NBC
NBC

Esconder tus emociones

Igual de malo que mostrarse demasiado amable, es esconder lo que realmente se siente al momento de conocer a alguien.

En 2016, un estudio de la Universidad de Oregon grabó a un grupo de personas viendo la famosa escena del falso orgasmo de Cuando Harry conoció a Sally y un momento de la cinta The Champ.

A algunos participantes se les pidió que reaccionaran lo más naturalmente que les fuera posible y a otros que suprimieran sus emociones.

Estudiantes universitarios pudieron ver los videos con las reacciones de los participantes y luego evaluaron sus personalidades. En tanto, los investigadores midieron el interés expresado por los jóvenes en hacerse amigo de quienes aparecían en los clips.

Según los resultados obtenidos, quienes suprimieron sus emociones fueron considerados menos agradables que el resto de las personas.

“Las personas… no buscan relaciones íntimas de forma indiscriminada; probablemente busquen personas que puedan corresponder a sus emociones. Entonces, cuando detectan que alguien está ocultando sus emociones, pueden interpretar eso como un desinterés por las cosas emocionales”, aseguraron en sus conclusiones.

Warner
Warner

Falsa modestia

En su esfuerzo por empatizar con otros, algunas personas suelen recurrir a la falsa modestia, es decir, presumir una cualidad pero envuelta en una queja o autocrítica.

La escuela de negocios de Harvard decidió investigar dicho concepto y para ello le pidió a un grupo de estudiantes que contaran cómo responden en una entrevista de trabajo sobre su principal debilidad.

Efectivamente la mayoría respondió con falsa modestia, asegurando que eran perfeccionistas o que trabajaban muy duro todo el tiempo.

Al mostrar los resultados a varios asistentes encargados de contratar personal, todos coincidieron en que era más probable que optaran por quienes dieron respuestas más honestas, los cuales además encontraban más agradables.

Por ejemplo, entre los mencionados se encontraban aquellos que reconocían que no siempre eran organizados o que sobrereaccionaban a algunas situaciones.

BroBible
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