Hoy viernes 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión, la que es bastante conocida por los chilenos. De hecho, según la Encuesta Nacional de Salud (2016-2017), cerca del 28% de la población en nuestro país es sospechosa de padecer esta enfermedad. Por otra parte, la misma fuente destaca que la cifra aumenta a un 73% en personas sobre los 65 años.

Al respecto, el Dr. Jesús Alfonso Gómez, médico cardiólogo y electrofisiólogo de Nueva Clínica Cordillera sostuvo que “la hipertensión arterial es una enfermedad crónica no transmisible, en la que produce un aumento sostenido de la presión de la sangre dentro de los vasos sanguíneos”.

Comunicado
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Es más, según el facultativo el 95% de los casos de hipertensión arterial corresponden a la conocida como “esencial” o “primaria”. “Esta entidad no tiene una causa clara identificada, aunque se han determinado diferentes factores que la promueven- como son la herencia (padres hipertensos), el sedentarismo, el tabaco, la obesidad y el consumo excesivo de sal”, indicó.

Para Gómez, la forma más efectiva de prevenir es atacar los factores que la promueven. “Fundamentalmente, se trata de cambiar estilos de vida. La promoción de hábitos saludables (alimentación balanceada, ejercicio, abandono del tabaco y otras sustancias nocivas) disminuye el riesgo cardiovascular en general”.

Rutina de vida en hipertensos

Según el cardiólogo, los pacientes hipertensos deben adoptar una rutina de vida preventiva ante esta enfermedad, sobre la base de:

1) Alimentación baja en sal, grasas saturadas y aditivos químicos: Se recomienda, en cambio, frutas y verduras frescas, como parte fundamental de una dieta balanceada.

2) Ejercicio: Si bien este queda determinado según la condición física de cada paciente, realizar algún tipo de ejercicio es primordial para romper con el sedentarismo.

En este sentido, para el especialista de Nueva Clínica Cordillera los factores de riesgo deben controlarse con intensidad. “Esto significa que, aunado a los cambios en estilos de vida descritos previamente, se requiere la toma de medicación que haya mostrado evidencia científica sólida de beneficio”, señaló.

Respecto de los riesgos de esta enfermedad, Gómez indicó que la hipertensión arterial promueve el daño del endotelio, que es la capa de revestimiento interno de los vasos sanguíneos, lo que a su vez estimula la aterosclerosis (depósito de grasas y otras sustancias en las paredes de los vasos).

“Finalmente, la ruptura de una placa de ateroma en una arteria coronaria, que es el vaso que nutre al corazón, favorece la formación de un trombo que termina por ocluir la arteria y producir la muerte del tejido cardíaco que se beneficiaba de dicho vaso. En otras palabras, es significa un infarto cardíaco”, sentenció el cardiólogo.