Unas 30 millones de personas en el mundo padecen alzhéimer, una enfermedad cuyo diagnóstico ha mejorado, pero que sigue sin tratamiento curativo.

Descrita por primera vez en 1906 por el médico alemán Alois Alzheimer, esta enfermedad neurodegenerativa consiste en un deterioro progresivo de las capacidades cognitivas hasta llegar a una pérdida de autonomía del enfermo.

Expertos como el doctor Stéphane Epelbaum, neurólogo del hospital parisino de la Pitié-Salpêtrière, han afirmado que en la mayoría de casos, se desconoce la causa principal.

“No sabemos por qué en algunas personas las neuronas empiezan a degenerar y en cambio en otras, no”, sostuvo Epelbaum, según consigna la agencia de noticias Agence France-Presse.

No obstante, Ruth Itzhaki, profesora emérita de Neurobiología Molecular en la Universidad de Manchester, Inglaterra, asegura haber hallado la evidencia más sólida hasta ahora de que una de las causas de la enfermedad de alzhéimer es el virus del herpes.

Tal como publicó la cadena BBC hace un tiempo, Itzhaki indicó que esto sugiere que los medicamentos antivirales podrían ser capaces de tratar la enfermedad.

La especialista explicó que es el virus herpes simple tipo I (HSV-1), el cual provoca el herpes labial, el que también podría ser el causante del alzhéimer.

El HSV1 infecta a la mayoría de las personas durante la infancia, tras lo cual se mantiene en el sistema nervioso periférico. Itzhaki agrega que el virus se puede reactivar si la persona se mantiene estresada, causando en algunas ocasiones el herpes labial.

Hace algunos años se logró demostrar, afirma la experta, que el virus HSV1 aumenta el riesgo de alzhéimer cuando aparece en el cerebro de personas que tienen un gen específico llamado APOE4.

“La probabilidad de desarrollar la enfermedad de alzhéimer es 12 veces mayor para los portadores de APOE4 que tienen HSV1 en el cerebro que para los que no tienen ningún factor”, mencionó Itzhaki.

La investigadora enfatizó en que aún cuando el HSV-1 generalmente se mantiene fuera del sistema nervioso central, en los adultos mayores es más probable detectarlo en las células cerebrales, debido, principalmente, a causa del deterioro de su sistema inmunológico.

Una lucha de esperanzas y decepciones

Cabe destacar que una prueba clínica realizada en Estados Unidos encontró que las personas tratadas intensamente por hipertensión tenían menos probabilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve, el que se desarrolla en una primera etapa de la enfermedad de alzheimer.

La historia de la lucha contra el alzheimer está llena de esperanzas y decepciones, por lo que los resultados del estudio Sprint Mind publicado en enero pasado en la revista de la American Medical Association (Jama), deberían ser tomados con cautela.

No obstante, la cantidad de participantes en la investigación y la buena calidad estadística de sus resultados, dan relevancia al estudio, el primero en descubrir una forma de prevenir problemas de memoria o concentración en las personas mayores.

“Es el primer ensayo que demuestra una estrategia eficaz para la prevención de los déficits cognitivos relacionados con la edad”, señaló Kristine Yaffe, especialista en enfermedades neurodegenerativas de la Universidad de California, en San Francisco, en una editorial.