Permanecer sentado mucho tiempo y hacer poco ejercicio es malo para la salud y trae consigno varias consecuencias negativas que pueden provocar diferentes problemas en el cuerpo.

Sin embargo, incluir ejercicio en la rutina diaria no siempre es fácil por culpa de la ajetreada vida actual que llevamos.

Pero, ¿por qué no hacer ejercicio mientras trabajas? La prestigiosa clínica Mayo recomienda estas 10 maneras de agregar actividad física a tu rutina laboral.

1. Comienza en el trayecto al trabajo

Camina o anda en bicicleta para ir al trabajo. Si vas en autobús o en metro, bájate unas cuadras o una parada antes de lo habitual y camina el resto del trayecto. Si vas al trabajo en automóvil, estaciónalo en el lugar más alejado del estacionamiento o en uno cercano. En tu edificio, usa las escaleras en lugar del ascensor.

2. Trabaja de pie

Busca oportunidades para levantarte de la silla. Ponte de pie y camina mientras hablas por teléfono. Prueba usar un escritorio de pie o improvisa con una mesa alta o una encimera. Almuerza de pie. Si es posible, camina hasta el escritorio de un colega para conversar con en persona, en lugar de enviarle un mensaje de texto o un correo electrónico.

3. Utiliza tus descansos para mantenerte activo

En vez de pasar el tiempo en la sala de descanso para empleados tomando un café o comiendo un tentempié, ve a dar una caminata enérgica, sube unos pisos por las escaleras o haz ejercicios de estiramiento suaves.

Por ejemplo, mira hacia adelante y después baja el mentón hacia el pecho, o mientras estás de pie, toma la parte posterior de uno de los tobillos, o la pierna del pantalón, y llévalo hacia arriba, hasta el glúteo. Mantén cada estiramiento durante 15 a 30 segundos.

4. Lleva un balón suizo a la oficina

Considera la posibilidad de cambiar tu silla de escritorio por un balón suizo o una pelota de estabilidad bien inflada, siempre y cuando puedas mantener el equilibrio sobre la pelota sin ponerte en peligro.

Esto ayudará a mejorar tu equilibrio y tonificará los músculos del tronco mientras trabajas en tu escritorio. Utiliza el balón suizo para hacer sentadillas contra la pared u otros ejercicios durante el día. Ten en cuenta que, en algunos casos, usar una silla de escritorio puede ser lo más adecuado.

5. Ten equipo para hacer ejercicio en el trabajo

Guarda bandas de resistencia (sogas o tubos elásticos que al halarlos ofrecen una resistencia similar a las pesas) o pequeñas pesas de mano en un cajón del escritorio o en un gabinete. Haz flexiones de brazos entre reuniones o entre uno y otro trabajo.

6. Aúna esfuerzos

Organiza caminatas en grupo durante la hora del almuerzo. Disfruta de la camaradería con otras personas que estén dispuestas a darle un buen uso a sus zapatillas deportivas. Juntos pueden asumir la responsabilidad de hacer ejercicio en forma periódica y alentarse mutuamente cuando se presenten dificultades.

7. Mantén reuniones sobre la marcha

Siempre que resulte práctico, lleva a cabo reuniones o sesiones para compartir ideas mientras todos caminan. Pueden dar vueltas dentro del edificio o, si el clima lo permite, hacer la reunión mientras caminan al aire libre.

8. Aumenta el ritmo

Si tu trabajo incluye caminar o andar en bicicleta, hazlo más rápido. Cuanto más camines y andes en bicicleta, y mientras más rápido lo hagas, mayores serán los beneficios.

9. Si debes viajar por trabajo, planifica de antemano tu actividad física

Si te encuentras varado en un aeropuerto a la espera de un avión, toma tu equipaje y camina a paso ligero. Elige un hotel que tenga un gimnasio (con cintas de andar, máquinas de pesas o piscina) o lleva tu propio equipo.

Las sogas para saltar y las bandas de resistencia son fáciles de llevar en una valija. Además, siempre puedes hacer ejercicio sin ningún tipo de equipo como, por ejemplo dar saltos de tijera, hacer planchas, abdominales y otros ejercicios simples.