Para quienes sufren de exceso de sudor, tareas tan simples como la manipulación de lápices, papeles, botones, herramientas e incluso equipos electrónicos pueden transformarse en un tormento. Esta patología se conoce como hiperhidrosis y, en muchos casos, hace que quienes la se vuelvan retraídos o incluso eviten el contacto social.

“El 1% de la población padece esta enfermedad, que consiste en el exceso de transpiración en manos, axilas o rostro, sin importar la época del año o la temperatura ambiental”, afirma el cirujano de tórax de Clínica Vespucio, Dr. Fernando Benavides.

El diagnóstico de esta enfermedad suele ser simple, debido a que el principal síntoma es la sudoración excesiva. Sin embargo, con la ayuda de un análisis de sangre se puede determinar si hay un problema en la tiroides o si los niveles de glucosa en la sangre son anormales, los que podrían estar provocando esta patología.

Asimismo, para determinar el tratamiento a seguir, es importante identificar también el tipo de hiperhidrosis:

Localizada

Es la hiperhidrosis más frecuente entre la población y se manifiesta por una sudoración patológicamente excesiva en una zona específica del cuerpo. Cuando los lugares afectados son las manos, axilas y/o la cara, el mejor tratamiento es la simpatectomía videotoracoscópica.

“Este procedimiento quirúrgico logra la desconexión de las glándulas sudoríparas de su inervación, mediante la resección y/o sección de la cadena simpática torácica”, explica el especialista.

La cirugía consiste en la introducción de una cámara óptica que secciona y cauteriza los ganglios simpáticos responsables de estimular la producción de sudor en la cara, palmas de las manos y axilas.

Esta alternativa tiene un grado de éxito de 70% en la cara, 98% en las manos y 93% en las axilas. Benavides advierte “que la transpiración normal de nuestro cuerpo busca vías alternativas para ser excretada y esto ocurre principalmente a través de la espalda, estómago o las piernas en un 50% de los pacientes operados, siendo severo sólo en un 4% de ellos”.

Generalizada

Por el contrario, la hiperhidrosis generalizada se caracteriza por una hipersudoración patológica en todo el cuerpo. Como en algunos casos es un síntoma secundario, su tratamiento es aquel que corresponda a la enfermedad subyacente.

“Para nosotros, como cirujanos torácicos, esta manifestación es la más dificultosa de tratar. Sobre todo, porque si cualquiera de los dos tipos caen en la categoría de severas, son muy invalidantes para el paciente”, detalla el doctor.

Otras opciones

Las soluciones antitranspirantes suelen usarse como primera medida para disminuir el sudor. Éstas contienen una fórmula con distintas concentraciones de cloruro de aluminio, generalmente se aplican en el día y en la noche, y su efectividad tarda alrededor de cinco días en manifestarse.

“Esta alternativa suele ser una respuesta transitoria para esta patología y frecuentemente produce una inflamación muy molesta en el paciente”, afirma el especialista.

Cuando se busca disminuir la transpiración específica de las axilas, se puede aplicar Botox, asumiendo su alto costo y su efecto transitorio, debido a que se requieren reaplicaciones cada 6 meses.

En el caso de la corriente galvánica, el especialista explica que es un tratamiento temporal para tratar la hiperhidrosis en las manos, el cual tiene por objetivo destruir las glándulas sudoríparas. “En general, es bien tolerado por los pacientes y con pocos efectos adversos; sin embargo, su rendimiento terapéutico no es óptimo”, asegura Benavides.