Entre el 3 y 8 por ciento de mujeres en edad fértil sufre del síndrome premenstrual y, de ellas, el 66% padece insomnio premenstrual clínicamente significativo.

Este conocido síndrome que se caracteriza por cambios en el estado de ánimo -como depresión, ansiedad, inestabilidad afectiva e irritabilidad- así como también por las dificultades de concentración, cansancio, cambios en el apetito, dolor muscular y sensación de presión en las glándulas mamarias, también produce un impacto en el sueño, lo que altera aún más la calidad de vida de la afectada.

Según el Diego García-Borreguero, director médico internacional del Instituto Europeo del Sueño, la causa de este síndrome es desconocida. Agrega que los síntomas aparecen durante la fase lútea del ciclo menstrual, es decir, comienzan justo el día después de la ovulación y se mantienen hasta el día antes del inicio de la regla.

“Durante los días anteriores a la menstruación, las mujeres afectadas suelen padecer del llamado insomnio premenstrual, es decir, un sueño fragmentado y no reparador, con insomnio de conciliación, problemas para mantener el sueño y un mayor número de despertares. Sin embargo, todos estos síntomas desaparecen con la llegada de la menstruación”, describe.

Progesterona y problemas para dormir

De acuerdo a lo comentado por el profesional, los síntomas premenstruales coinciden con el periodo del ciclo menstrual en el que la segregación de la hormona progesterona está en su etapa máxima.

“Durante el periodo premenstrual se produce un incremento especialmente rápido de progesterona, lo que incide en la reducción de las concentraciones de alopregnanolona u hormona THP, que pese a ser una sustancia endógena, tiene efectos sobre el sueño similares a los que tendría un hipnótico”, explica.

“Por lo tanto, al reducirse su producción en esos días, sus efectos inductores del sueño serán también menores. Por otro lado, los cambios hormonales que se generan durante el periodo premenstrual causan alteraciones en la secreción de melatonina, que es una hormona producida en la glándula pineal y que regula directamente el sueño”, argumentó García-Borreguero.

Por su parte, Vivian Wanner, neuróloga y directora médica del Instituto Europeo del Sueño en Santiago, enfatiza que para evitar estas molestias es importante incorporar ciertos hábitos de vida saludable, tales como la realización de ejercicios físicos -principalmente aeróbicos y ojalá en la tarde- y disminuir el tiempo en la cama.

“De esta manera, se logra reorganizar el sueño lo que permite que la persona duerma de manera profunda y continuada”, destacó.

Asimismo, Wanner señala que también existen tratamientos para evitar el insomnio premenstrual. “Si la paciente presenta alteraciones en la secreción de melatonina, la luminoterapia y el tratamiento con melatonina pueden corregir el problema. Por otro lado, los fármacos inhibidores de secreción de melatonina pueden mejorar los síntomas de depresión y/o ansiedad y en otros casos se puede realizar tratamientos hormonales”, finalizó.