Hablar de política en contextos familiares o de amigos, puede resultar en todo un escándalo. Que unos son de izquierdas y otros de derechas, a otros no podría importales menos y también hay quienes prefieren estar al centro. Un acuerdo, difícil.

Pero para la autora del libro Wit’s End! Consejos y recursos para salvar a su adolescente fuera de control Sue Scheff, esto es posible. La mujer, que también se ha desempeñado como oradora y experta en seguridad en Internet, publicó una columna en el sitio especializado Psychology Today, en la que entrega algunos consejos.

Scheff advirtió que “la división (política) en las redes sociales es ensordecedora. Sin embargo, usar un teclado es muy diferente a enfrentarse a las personas en una mesa”. Y es que, continuó, es muy distinto publicar un meme en Twitter burlándose de un político, a tener argumentos para discrepar.

La escritora se cuestiona si “¿podemos hablar de política sin sacrificar la amistad?”. Su respuesta: “Es probable que dependa de la persona, pero es de esperar que, en la mayoría de los casos, sí“.

Define la conversación como un intercambio de opiniones, ideas y pensamientos, por lo que es de esperar que ocurran choques entre distintos puntos de vista. “El hecho es que, en muchas situaciones, tu amigo o familiar es la persona que está ahí para ti cuando tienes un mal día”, señaló.

Scheff llama a priorizar las relaciones cuestionándose si ese congresista, parlamentario o partido político al que se defiende ayudará a “desahogarse” respecto de un mal jefe o el quiebre de una relación, por ejemplo.

“Tu amigo es mucho más valioso que cualquier candidato, político o año electoral. Encuentre una manera de aceptar estar en desacuerdo”, indicó.

Con esto, entregó tres consejos que pueden servir en las próximas reuniones familiares (adecuándose a las limitaciones por la pandemia de covid-19):

1. Controlar el carácter

Si bien resulta imposible controlar el comportamiento de otra persona, sí se puede hacer algo con el propio. “Nunca olvides cómo reaccionas, es un reflejo de tu personaje tanto online como offline“, escribió.

“Una cosa es ser un apasionado de tus creencias y tu política, y otra es cuando se cruza la línea hacia la crueldad y el daño”, agregó.

Limitar el tiempo en la red

La gran cantidad de horas que se puede pasar al día en las redes sociales podría interferir en las posiciones políticas y, sin duda, ayuda a evidenciar cuáles son los ideales de los cercanos.

“No hay nada de malo en usar la función para dejar de seguir o silenciar a un amigo que tiende a compartir demasiado las actualizaciones políticas con las que no estás de acuerdo o que no te interesan”, propuso.

Comentó, además, que la otra persona no se enterará de la situación y, con eso, el “suministro de noticias” sería menos estresante.

3. Tono y lenguaje corporal

La autora llamó a no realizar comentarios sarcásticos, poner los ojos blancos ni encoger los hombros en signo de desinterés. La clave es “mostrarse comprometido e interesado”.

“Si todos comenzamos a escucharnos, en lugar de alzar la voz o discutir, es menos probable que las amistades se desmoronen. Nadie gana cuando los ánimos se enfurecen y los sentimientos se lastiman. Recuerda, el silencio es oro”, cerró.