La limpieza periódica y exhaustiva en el hogar, es fundamental para prevenir enfermedades o infecciones.

En este contexto, debemos reconocer los lugares de la casa y objetos donde se acumulan más gérmenes, para tener especial cuidado con ellos.

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Barcelona, los celulares pueden contener hasta 600 bacterias, es decir, 30 veces más que las que se encuentran habitualmente en la tapa del inodoro.

“Este tipo de cosas sucede porque las personas manipulamos muchos objetos a la vez y no nos desinfectamos las manos debidamente“, precisa Maite Muniesa, del Departamento de Microbiología de la citada universidad.

Asimismo, el profesor Hugh Pennington, profesor emérito de bacteriología en la Universidad de Aberdeen, señaló al medio inglés DailyMail, que examinar un “teléfono inteligente, es casi como revisar un pañuelo en busca de gérmenes”.

Por otra parte, las manillas de las puertas y cerraduras, suelen albergar diversos virus que pueden provocar enfermedades respiratorias. Debes considerar que esas zonas son constantemente manipuladas y no se limpian con mucha frecuencia.

Las llaves de lavamanos y bañeras, son otro foco de bacterias, debido a que acumulan humedad y materia orgánica. Esto debido a que tienen pequeños recovecos que son difíciles de limpiar.

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, donde se analizaron 45 cabezales de duchas, se determinó que un 30% de ellos contenía niveles significativos de ‘Mycobacterium avium’, un familiar patógeno de la tuberculosis.

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La cocina, el mayor foco

Igualmente, las esponjas y trapos de cocina contienen una gran cantidad gérmenes, debido a su cercanía a los platos con restos de comida.

“Para evitar la acumulación de suciedad y bacterias, es muy importante el cambio y lavado frecuentes de esos paños o utilizar los de un solo uso“, comenta la doctora Roncesvalles Garayoa, miembro del Grupo de Microbiología y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Navarra, al medio español ABC.

“Meterlos en la lavadora o en una olla con agua hirviendo y detergente, son sistemas eficaces de limpieza. El papel de cocina es una buena alternativa”, aconseja la especialista.

La tabla para cortar carne, es otro elemento que genera alerta. En este contexto, la experta recomienda utilizar una de silicona, ya que son más fáciles de limpiar y se pueden meter al lavaplatos. En las de madera, advierte que el cuchillo provoca ranuras donde se acumulan restos de alimentos y bacterias.

Con respecto a los burletes de goma que tiene el refrigerador, explica que juntan mucha humedad y restos de materia orgánica que generan un entorno ideal para el crecimiento de hongos y bacterias. “Hay que limpiarla a fondo al menos una vez al mes. Almacene los alimentos siempre en recipientes cerrados y las frutas y verduras en el cajón”, aconseja.

“El interior de la nevera hay que mantenerlo ‘limpio y ordenado"”, añade Carmen Torres Manrique, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

De este modo, precisa que entre las bacterias más comunes que se pueden encontrar en esa zona, son: Campylobacter, Salmonella, Listeria, o también Escherichia coli o Staphylococcus aureus enterotoxigénicos

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Los teclados de los computadores pueden llegar a juntar más de 400 gérmenes diferentes si no son higienizados frecuentemente.

Algo similar ocurre con los controles remotos. De acuerdo a un estudio la Sociedad Estadounidense de Microbiología, se encontró que en promedio, estos aparatos tiene 70 unidades formadoras de colonias de bacterias (UFC) por centímetro cuadrado.

Obviamente, otro de los lugares más contaminados, es el piso de casa, provocado por los zapatos sucios. Por eso, los expertos recomiendan limpiar permanentemente las superficies.

“Nuestro estudio indicó que los zapatos pueden arrastrar consigo bacterias a lo largo de grandes distancias hasta llegar a tu casa o tu espacio personal”, precisa Charles P. Gerba, profesor y microbiólogo de la Universidad de Arizona, según destaca el medio New York Times.

La profesora evidenció que bacterias coliformes como la E. coli se encontraban comúnmente en el exterior de los zapatos. Esta provoca infecciones en los tractos intestinal y urinario, así como la meningitis, entre otras enfermedades.