Los productos en conserva se han convertido en un recurso práctico y económico a la hora de cocinar.

Estos alimentos pueden mantenerse de uno a seis años, debido a que son sellados al vacío y contienen diferentes aditivos para conservarlos de manera óptima.

Sin embargo, los especialistas no recomiendan su consumo diario, así como tampoco ingerir el líquido que contiene el recipiente.

“El caldo de conservas o enlatados, se denomina líquido de gobierno, que es básicamente el ‘jugo’ donde se ha cocido el alimento. En una buena conserva no debería de llevar más que agua, sal y algún antioxidantes, por eso es importante leer el etiquetado”, describe la nutricionista Beatriz Cerdán García, al medio español ABC.

En este contexto, detalla que esta sustancia tiene como función conservar el alimento, sazonarlo y distribuir su sabor. Así como también en algunos casos, mantener el color del producto.

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La nutricionista y dietista Fátima Japón, aconseja no consumir el líquido, ya que concentra la mayor cantidad de calorías.

“Se trata del zumo de esa fruta y estamos aportando calorías vacías y azúcares libres a nuestro organismo, sin que esto sea necesario“, ejemplificó sobre frutillas o durazno en conserva.

Para estar seguros de lo que vamos a ingerir, es primordial revisar la tabla de aditivos que presenta el envase del producto. No obstante, debemos considerar que aunque botemos el líquido, este también se encuentra en la conserva que comeremos.

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Diferentes tipos de líquidos

Cabe señalar que los recipientes contienen diferentes líquidos de gobierno, dependiendo del alimento de conserva. En este contexto, Cerdán García destaca que es recomendable preferir enlatados en aceite de oliva y no aceite de girasol.

“Deberían preocuparnos los ingredientes que lleva dicha conserva o enlatado, evitando así los jarabes, almíbar, aceites de mala calidad o potenciadores de sabor“, precisó la especialista.

Asimismo, el medio español El Diario, destaca que algunos tipos de pescados enlatados, contienen aceite rico en omega. No obstante, la sustancia es alta en calorías y grasas que pueden perjudicar nuestra salud.

En el caso de las frutas en conserva están los almíbares, los cuales son altos en glucosa y entregan calorías vacías. Además implican alteraciones en la producción de insulina, que a largo plazo podrían desencadenar en una diabetes de tipo 2.

Finalmente, en cuanto a pepinillos o cebollas, hay que tener en cuenta que además de vinagre, los líquidos pueden contener un alto porcentaje de sal. Con el paso del tiempo, su consumo tendría efectos nocivos en tu cuerpo, como problemas circulatorios o renales.