Por primera vez llega a Francia el “Dry January” (enero seco), un mes libre de alcohol. Un desafío que no es del gusto de los lobbies.

La idea del “Dry January” (enero seco) nació en Gran Bretaña en 2013: consiste en no beber alcohol durante un mes a partir del 1 de enero. La primera edición francesa del “Dry january” comienza este miércoles y se llama “Défi de janvier” (desafío de enero).

Los lobbies temen un mes sin alcohol

Inicialmente, el “Défi de Janvier” iba a ser organizado por la agencia Salud Pública Francesa, que depende del Ministerio de Salud, pero el proyecto fue abandonado bajo la presión de los lobbies del alcohol, según denuncian profesionales de la salud que luchan contra el alcoholismo y las adicciones.

El evento fue finalmente coordinado, sin apoyo del Estado, por un grupo de asociaciones (Liga contra el Cáncer, Federación Francesa de Adicciones, SOS Adicciones, etc.).

Y es que el “Dry January” está mal visto por los profesionales del alcohol. “¡Los franceses no deben pasar un enero seco!”: con estas palabras, los copresidentes de la Asociación Nacional de Electos de la Viña y el Vino pidieron al gobierno que renuncie a organizar el mes sin alcohol. Una petición apoyada por muchos actores del sector, que temen que el objetivo sea llegar a una prohibición total del consumo.

Ni prohibición ni abstinencia total

Pero el objetivo no es prohibir el alcohol, sino “hacer una pausa en nuestro consumo”, lo que nos permite “hacer un balance” y quizás “cambiar nuestra forma de consumir”, explican los organizadores. Para ellos, este mes seco permite perder peso, dormir mejor, recuperar energía y ahorrar dinero.

“No hay ningún deseo de prohibición o de abstinencia total, no es en absoluto una campaña moralista o higiénica”, comenta en el canal FranceInfo Nathalie Latour, delegada general de la Federación de Adicciones. “Estos productos tienen un lugar importante en la cultura francesa. Pero tenemos que equilibrar las cuestiones económicas, sociales y de salud”, dice.

En Francia, el consumo de alcohol es la segunda causa de muerte evitable después del tabaco, según la agencia Salud Pública Francesa, con 41.000 fallecimientos al año.