Esta es una columna de opinión.

Siempre me ha parecido muy interesante, como comunicadora social, la relación que se da entre una persona y sus seguidores en redes sociales, y no necesariamente influencers, sino que cualquier usuario que tenga una cuenta. Se trata de un vínculo que genera la ilusión de cercanía entre los individuos, pero es sólo eso, una ilusión. Es una relación unilateral, no recíproca.

Y es un tipo de relación que no existía hasta las redes sociales porque nunca antes una plataforma había permitido que experimentaras la vida de otros como si estuvieras ahí, en el día a día, sin que ellos fuesen conscientes de tu presencia.

Analizo esto porque es un tema que me afecta a diario. En mi cuenta en Tiktok principal tengo casi 150 mil seguidores. En Instagram tengo más de 11 mil. Esas personas me ven todos los días, conocen las cosas que hago, cómo me visto, mi comida, lo que compro, lo que leo, las películas que me gusta ver, dónde vivo y muchos otros detalles personales. Por supuesto que eso les genera una ilusión de cercanía. Pero es unilateral porque, evidentemente, yo no conozco a esas 150 mil personas. Aunque lo intentara, sería imposible conocerlas a todas. Para mí no es una relación cercana, sino que son totales desconocidos que no tienen rostro ni nombre.

Por eso es que, a veces, hay comentarios que a uno le pueden parecer fuera de lugar, pero el interlocutor no lo siente así, entonces se da una situación incómoda. O sea, desde el punto de vista del remitente, se siente natural comentar sobre detalles privados, ya que ellos nos ven todos los días y generan un vínculo cercano. Sin embargo, uno no los conoce a ellos, sólo son extraños realizando comentarios excesivamente personales. Desde esta perspectiva, parece desubicado y genera confusión, o incluso molestia.

¿A qué me refiero con comentarios desubicados o fuera de lugar? Son opiniones sobre temas personales que no nacen del odio (o ‘hate’) ni son malintencionados, pero que en realidad no es algo que usualmente le dirías a un extraño en el ‘mundo real’, no se lo dirías a alguien con quien no tienes una relación cercana.

Como los seguidores se sienten cercanos a uno, como se genera ese vínculo unilateral que les hace creer que nos conocen de forma personal, no se dan cuenta de que están siendo maleducados con alguien con quien no tienen ninguna relación. Quizás ellos consideran que su comentario sólo expresa preocupación por una situación específica, por ejemplo, pero para uno, sólo son desconocidos que están asumiendo cosas sin conocernos. La realidad es que esa gente no tiene la más absoluta idea de cuál es nuestra vida real.

Para evitar ser desubicado, creo conveniente aplicar la siguiente regla al comentar en redes sociales: si hay algo que no le dirías a un completo desconocido en la calle, tampoco se lo digas online.