Siguiendo la recomendación “indirecta” de un escritor que vive y disfruta Concepción, un par de mañanas de mi último viaje a esa ciudad incluyó a La Coffetería, un local ubicado en un moderno edificio de la calle Cochrane.

No es raro que un escritor sepa dónde están las buenas cafeterías de su ciudad porque, claro, el café es uno de los imprescindibles para el motor creativo. Dicen, por ejemplo, que Bukowski no hablaba sin una taza, y que Voltaire consideraba al líquido un veneno que actuaba lento, porque él llevaba décadas probándolo y sabía que lo terminaría llevando a la tumba.

Súmele a eso un pequeño librero de intercambio, que invita a leer y renovar el catálogo personal.

El problema es que el local es tan amable y queda en un lugar tan “estructurado” que dos de las veces que me quedé tomando café llegaron grupos de oficinistas a tener ahí sus reuniones.

La Coffetería | Facebook
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Que movieran sillas y no pararan de hablar fuerte en un local pequeño no fue tanto problema como sí lo fue ese exceso de colonia y perfume matutino que tienden muchos chilenos y que echa a perder cualquier posibilidad de disfrutar el aroma de una buena taza café.

No es culpa del local, pero sí habla de lo híbrido del lugar: una cafetería de calidad en un entorno comercial y empresarial.

Quizá todo esto explica los precios.

En el café hay una buena relación precio-calidad, pero con valores altos para la zona.

En Santiago estos precios son los normales, pero en Concepción la discriminación por precio es alta, de hecho, sólo hace unas semanas abrió en la capital regional su segundo Starbucks, por lo que es un valor que a La Coffetería le vaya bien en ese entorno desde mucho antes.

Otra cosa buena es que, como pocas veces pasa, la segunda vez que fui pedí un Café con Leche, y me lo sirvieron.

La Coffetería | Facebook
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Es que siempre me quejo de que la llegada de las grandes cadenas cafeteras arruinó la experiencia del café. No sólo porque le echan azúcar, canela, chocolate y syrup a casi todo, sino que porque casi al mismo tiempo eliminaron el cortado y el café con leche, que es el que me gusta.

Porque hay que saberlo: el latte y el cappuccino llevan espuma, el cortado y el con leche llevan solo eso: leche. Café, leche y azúcar. Ahí está la magia.

Acá no lo tienen en carta, pero cuando lo pedí el barista, o quizá el dueño del lugar, dijo “sí, es distinto”, y me lo hicieron, aunque en la boleta cobraron un Latte ($2.200).

¿Por qué la maña con esa preparación?

Mario Riveros
Mario Riveros

Simple. Los pocos ingredientes permiten apreciar el café, y acá tienen una buena máquina de espresso y buen café: Altura e Intenzzo.

Esta cafetería también tiene unas mesas en la explanada que está enfrente, pero estar ahí es algo suicida pensando en los fríos de esta zona y que acá el sol no llega.

Pero nunca faltaron valientes.

Si va a la tarde le recomiendo el ristretto ($1.800), intenso y aromático.

Para las mañanas también hay un rico chocolate caliente ($2.400) y varios tipos de té ($2.000), todos bien servidos, aunque no son el fuerte del local.

Un punto bajo está en los acompañamientos, que no son elaborados en el local, y que nunca llegaron a temperatura ni completamente frescos.

Pero convengamos en que es una cafetería, aquí lo importante es el café. Y sí, lo vale.

Recomendado.

Para escribir esta reseña este lugar se visitó tres veces de manera anónima. No se recibió ni aceptó invitaciones por parte del local.

La Coffetería. Cochrane 635, local 104; Concepción. Tiene estacionamientos pagados en las calles aledañas.

Por Mario Riveros M. @mario_riverosm