Ocho prósperas familias aymaras compiten en un singular concurso destinado a escoger al edificio que se convertirá en símbolo de la ciudad más joven de Bolivia.

Este novedoso certamen busca promover la arquitectura “neoandina” y captar turistas para El Alto, una ciudad de grandes contrastes contigua a La Paz y habitada por millares de familias aymaras, la mayoría pobres.

El municipio habilitó una línea telefónica para que la gente vote hasta el 4 de noviembre por su edificio favorito entre ocho finalistas, entre los que se destaca “Neverland”, inspirado en la mansión del difunto rey del pop, Michael Jackson.

“De niño siempre soñaba en tener un castillo y dije ‘por qué no hacerlo algún día"”, relata su dueño, Edgar Manuel Mendoza, quien abrió un restaurante en la colorida y fastuosa propiedad.

Mendoza, de 67 años, cuenta que el diseño nació por inspiración de sus dos hijas, fans de Michael Jackson, así como por su propia afición a la música, pues tocaba en una banda de rock de barrio en la década de 1970.

Agence France-Presse
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El inmueble de fachada azul y coloridos vitrales también tiene salones y áreas de esparcimiento. En sus muros están colgadas fotos, afiches y carátulas de discos de vinilo del rey del pop, pero también de Elvis Presley, Roberto Carlos y Camilo Sesto, así como de bandas como los Beatles, Kiss y Bronco.

“Neverland” tiene además un enorme jardín techado, con aspecto de pequeña selva tropical en medio del frío andino.

‘Havana’ y ‘Marsellesa’

El edificio de Mendoza recibió el mayor apoyo en la fase inicial del concurso ‘Inticholet’, que busca escoger el símbolo de la segunda ciudad más poblada de Bolivia entre ocho finalistas: ‘Neverland’, ‘Libertad’, ‘Havana’, ‘Rampage’, ‘Marsellesa’, ‘Santiago’, ‘Rey Otan’ y ‘Girasol’.

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Los ‘cholets’ son edificios llamativos de hasta siete pisos, con paredes de colores fluorescentes con motivos andinos. Sirven de hoteles o tienen pistas de baile, canchas de voleibol o restaurantes, y en su azotea hay una casa o chalet donde viven sus dueños.

Se expandieron en El Alto a pesar de sus altas tasas de pobreza, pues allí floreció una burguesía comerciante aymara de la mano de la boyante economía boliviana.

Los más famosos tienen motivos multicolores tiwanakotas, del arquitecto aymara Freddy Mamani, así como los de su colega Santos Churata, inspirados en las películas “Transformers” y “Avengers”.

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“El propósito del concurso ‘Inticholet’ es apoyar e impulsar al diseño y la creatividad de la arquitectura alteña, básicamente, y como objetivo secundario es, a partir de este impulso, darle mayor fuerza a mostrar las edificaciones maravillosas”, dice Janice Pacheco, una de las promotoras.

Cosmovisión aymara

Aunque “son edificaciones de más de dos millones de dólares”, los ‘cholets’ no sólo son una muestra de opulencia, sino también símbolo cultural, dice el director municipal de Turismo, Hidelberto Márquez.

Son reflejo de “la identidad cultural de la población en el que tratan de mostrar ese poderío que tienen, no solo económico, sino también el aspecto cultural”, indica.

Por ello tienen básicamente tres niveles, que reflejan la cosmovisión aymara: el “alajpacha” o parte superior, donde vive el dueño con su familia; el “akapacha” o lugar de la alegría que se usa para matrimonios y cumpleaños; y el “manqhapacha” o espacio “que da de comer” a su propietario, que lo alquila para negocios de todo tipo.

Mendoza afirma que construyó “Neverland” para estimular a la superación a las nuevas generaciones.

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“Quiero que la gente vea con esto que los sueños se pueden hacer realidad”, señala, relatando que sus vecinos creían que el edificio era de un magnate extranjero.

Aclara que si bien pudo cumplir su sueño, todavía sigue endeudado con el banco.

En la primera fase del concurso se recurrió a arquitectos, especialistas en antropología urbana, iconografía andina, sociólogos, diseñadores, fotógrafos e investigadores de las costumbres de las fiestas andinas, quienes evaluaron 120 inmuebles.

El edificio ganador, que será anunciado en noviembre, se convertirá en símbolo de El Alto, que tiene casi un millón de habitantes y obtuvo su título de ciudad hace apenas tres décadas. Además, será incluido en un futuro circuito turístico.