Las autoridades de Roma prohibieron a los turistas tanto sentarse como comer en la escalinata de Trinidad de los Montes, una de sus joyas arquitectónicas de la ciudad, con pena de multas altas.

La decisión, tomada a principios de la temporada de verano, prevé la prohibición de instalarse en lugares públicos vestidos en forma “indecente” y exige mantener el “decoro”.

La orden se extiende a todos los monumentos, “al patrimonio histórico, artístico y arqueológico” de la ciudad, incluidas también las fuentes y escaleras.

Agence France-Presse
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El reglamento se aplica en forma particular a la célebre escalinata de la iglesia de Trinidad de los Montes, con multas de 150 euros hasta 400 euros en caso de conducta grave, según los medios italianos.

El martes, la policía utilizó pitos para advertir a los turistas que no pueden sentarse en los famosos escalones, localizados en una zona privilegiada del centro histórico.

La escalinata, con vista a la Plaza de España, es uno de los sitios turísticos más famosos de la capital italiana y en septiembre del 2016 fue abierta tras un año de limpieza extraordinaria financiada por el joyero Bulgari.

La escalinata recuperó así la blancura del mármol original, diseñada por el arquitecto Francesco de Sanctis, entre 1723 y 1726, por iniciativa de Francia, propietaria de la iglesia.

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Compuesta por 135 escalones repartidos en tres niveles, no había sido restaurada en 20 años.

Después de las labores, surgió una verdadera controversia en Roma entre aquellos que pedían el cierre nocturno, temiendo el regreso de las personas sin hogar y los vendedores ambulantes, y aquellos que se oponían.

El presidente del grupo Bulgari, Paolo Bulgari, cuya tienda se encuentra cerca, reconoció que estaba “preocupado” por un probable regreso de los “bárbaros”, los vendedores ambulantes.

La alcaldesa Virginia Raggi decidió que la escalera permanecerá accesible día y noche para el público y prometió hacer todo lo posible para evitar la degradación del monumento con un aumento de los controles policiales.