Esta semana, la foto de una mujer que llora sentada en una vereda en la localidad bonaerense de Pergamino se volvió viral. La imagen tuvo lugar luego de que inspectores de transito le secuestraran la moto a Carla Dueñas, que vendía pan casero para mantener a su familia en el marco de la crisis por el avance de la pandemia de coronavirus.

El hecho ocurrió en la esquina de Boulevard Alsina y la calle Pico cuando los efectivos se llevaron el rodado que había logrado comprar dos semanas antes del inicio de la cuerentena obligatoria. “Es mi trabajo, la necesito para repartir pan, por favor” dijo la mujer, según consignó el portal Primera Plana. “Y este es mi trabajo” le respondió uno de los inspectores que la detuvo.

De acuerdo a los medios locales, Carla es madre de cinco hijos y el único sostén de su familia. “Ni cuenta me di de que me sacaron la foto. Fue un momento de impotencia, de bronca, de decir ‘¿Y ahora cómo hago para recuperar la moto?"”, expresó en declaraciones a Radio Más.

“Yo vendo productos de panadería en los hogares. También hago mandados a personas que no pueden salir de la casa por la situación que estamos viviendo”, relató, y agregó: “Durante la cuarentena me descargué la aplicación para poder circular, que era lo que me estaban pidiendo todo este tiempo”.

Según explicó, durante el operativo les mostró a los agentes el permiso de circulación “y ellos me piden los demás papeles”, en referencia a los documentos del la moto tipo 100 cc en la que circulaba. “La compré y la puse en funcionamiento de a poco”.

“A mi me la entregaron dos semanas antes de la cuarentena y la arreglaba para salir a vender o hacia la transferencia, es la verdad”, detalló. Sin los papeles en regla, los inspectores le sacaron el rodado. “Yo les supliqué que por favor no lo hicieran, pero obviamente ellos estaban cumpliendo su trabajo”, contó la mujer.

Gracias a la solidaridad de la gente, la historia de la foto tuvo un final feliz. “Apenas el episodio comenzó a viralizarse en las redes, la solidaridad empezó a surgir de todos lados. O mejor dicho, de abajo, de tantos laburantes como Carla, que se ofrecieron a pagar la multa, comprarle pan, conseguirle una moto y ayudarla de todos los modos posibles”, publicó la Revista Sudestada.

Carla contó, además, que el intendente Javier Martínez se solidarizó con ella. “Me va a dar la moto y me va ayudar a hacer la transferencia”, dijo, y concluyó: “Yo no necesito nada más que trabajar. Estoy eternamente agradecida con todos, lo único que quiero es trabajar”.