Un biólogo de Indonesia ideó una innovadora bolsa biodegradable que se convierte en alimento para pez al entrar en contacto con el agua.

Se trata de un producto creado por Kevin Kumala, el cual busca ayudar al problema de la contaminación en los océanos.

Tal como recoge El País de España, luego de vivir por diez años en Estados Unidos, Kumala regresó finalmente a su ciudad natal, Bali, momento en que quedó sumamente impactado por el estado en que se encontraban algunas de las paradisíacas playas del lugar.

Fue así como empezó a trabajar en un proyecto para que la gente reciclara más, considerando que las bolsas regulares tardan entre 300 y 400 años en biodegradarse.

De esta manera, se le ocurrió inventar una bolsa en base a la yuca, tubérculo que abunda en Indonesia y que es similar al camote y la papa, que se convierte en comida para los peces.

Para esto, Kumala creó la empresa Avani Eco, la cual imita el proceso utilizado para la fabricación de las bolsas de petróleo, aunque utilizando el almidón de la yuca.

El valor de cada una de estas bolsas es de cinco centavos de dólar. Aunque es levemente más cara que una tradicional, la gran ventaja es que este almidón necesita menos de 100 días para convertirse en composta, disolviéndose en minutos en agua caliente y sin presentar toxicidad oral.

Recordemos que hace algunas semanas se viralizaron las tristes imágenes de unas islas cubiertas con toneladas de plástico en el océano Índico.

En total, se hallaron más de 400 millones de fragmentos que pesan unas 238 toneladas en las playas de arena blanca de las islas Cocos, un grupo de 27 atolones poblados de unos cientos de habitantes, a 2.100 km al oeste de Australia.

Sin embargo, según la bióloga Jennifer Lavers, cuyo estudio se publicó en la revista Nature Scientific Reports, estos pedazos en la superficie son solo la punta del iceberg.

De acuerdo a los investigadores, la cantidad real de plástico en las playas estudiadas, en las diferentes capas de arena, equivaldría a hasta 26 veces el volumen de los fragmentos visibles en la superficie.

University of Tasmania | Agence France-Presse
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nature.com
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