Fue en 2007 cuando cuatro personas encontraron una nueva esperanza de vida gracias al trasplante de órganos. El noble gesto fue de una mujer de 53 años que sufrió un infarto cerebral y que dejó estipulado antes de morir que donaría todos sus órganos a personas que los necesitaran.

Es así como tres mujeres holandesas y un hombre, del mismo país, recibieron sus pulmones, hígado y riñones, los que contaron con la aprobación de los profesionales que evaluaron la salubridad y funcionamiento de cada órgano. No obstante, estos terminaron por convertirse en los culpables de dar fin a sus vidas.

El lamentable caso fue publicado en un artículo científico de la Sociedad Americana de Trasplante, en donde revelan que los órganos desarrollaron cáncer en cada uno de los pacientes trasplantados.

La primera en enterarse del cáncer fue una mujer de 42 años que recibió los pulmones de la donante. Luego de un año y medio después del trasplante supo que tenía un tumor maligno en una de sus mamas, el que no logró combatir, causándole la muerte meses después.

Este caso alertó a la organización Eurotransplant, quienes dieron la alerta en 2010 para encontrar a los otros trasplantados.

En efecto, las otras dos mujeres que recibieron órganos (hígado y un riñón) corrieron la misma suerte que la primera paciente. Ambas murieron del mismo modo seis años después de la operación.

El único que logró sobrevivir, a pesar que aún padece cáncer, fue el paciente masculino. El hombre de 32 años recibió el otro riñón de la mujer y, al ser informado sobre un posible cáncer, recibió una nefrectomía (extirpación de riñón) de urgencia, un tratamiento con inmunosupresor y quimioterapia.

Un hecho desafortunado

El artículo explica que este tipo de casos son extremadamente raros (sucede en 5 de cada 10 mil trasplantes) y muy difíciles de prevenir.

Al tratarse de una pequeña colección de células cancerosas, el examen previo de los médicos no logró detectarlas en cada uno de los órganos. En un estudio posterior, ya funcionando en sus nuevos cuerpos, lograron determinar que poseían micrometástasis.

El delicado estado de salud de los pacientes facilitó el desarrollo del cáncer, del que se pudo establecer su origen con un análisis de ADN.