A veces no todo es lo que parece. Creemos ver algo, pero nuestra mente nos engaña. Eso ocurre cuando estamos frente a una ilusión óptica, imágenes claras que, al pasar por nuestro ojo, parecen no ajustarse a la realidad.
Así, nuestra experiencia personal (conocimiento previo) o estímulos externos (brillos o movimientos) pueden interferir en lo que percibimos de una imagen.
Especialistas e ilustradores han dedicado parte de su trabajo a crear estos dibujos, intentando entender cómo funciona el cerebro y hasta qué punto nos puede engañar.
Uno de los más conocidos es el Jarrón de Rubin, una imagen que retrata una copa… aunque tiene dos posibles interpretaciones.
Fue ideada cerca de 1916 por el psicólogo Edgar Rubin. En ella puede verse el jarrón y, desde otra perspectiva, dos rostros humanos.
Pero hay otro tipo de ilusiones que, aunque tienen explicación científica, se dan en un contexto de absoluta coincidencia.
Varios usuarios de internet han publicado cómo, por casualidad, lograron captar divertidas fotografías que confunden bastante a quienes pueden verlas.
Es el caso de un hombre con “cara de perro”, de un animal con dos cabezas, de la cabeza de un can “volando” y de un chimpancé tomándose una selfie, por ejemplo.
Te dejamos algunas a continuación. Esperamos que logres comprenderlas.
1. No. No ha perdido el cuerpo. Es sólo una cuestión de perspectivas.
2. ¿Un perro con dos cabezas? No. La verdad es que están muy juntos.
3. Es el atardecer golpeando la ventana…
4. No es una selfie. El vidrio reflejó las manos de una mujer.
5. ¡¿Está partido a la mitad?! Ah, sí. Es un tronco.
6. Cámara captó el momento exacto en que el capó de un auto se congela. No. No era la Tierra desde el espacio.
7. El perro saltó y escondió sus patas
8. Un árbol cayó y se llevó un gran pedazo de tierra: el hombre está de lado.
9. No es que hayan llegado gaviotas gigantes a invadirnos. El ave está en un primer plano.
10. ¿Mujer o perro?