Era uno de los últimos días de octubre, cuando casi se celebraba Halloween, que a Amy Louise se le ocurrió someter a su hijo a una sesión fotográfica vestido de zombie.

Orgullosa tras obtener las imágenes, las publicó en sus redes sociales. Pero las reacciones, lejos de lo que esperaba, se transformaron en constantes críticas. Y es que cómo, según decían, una madre podía someter a su hijo a algo tan macabro.

El pequeño, llamado Phoenix, se mostraba ensangrentado y comiendo una torta con forma de cerebro, lo que causó repulsión entre algunos de los internautas.

“Me dijeron que era una mala madre, que iba a deteriorar sus salud mental, que se pondría enfermo por comerse esa tarta del suelo”, aseguró la mujer a Daily Mail

Pero lo cierto es que, a pesar de los retos, la madre tenía una contundente razón para realizar la sesión fotográfica. Cuando la publicó, muchos de los críticos se retractaron.

Daily Mail
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“Me han acusado de reírme o de no dar importancia a una tragedia, y de ser una persona insensible (…) me han dicho que soy una mala madre, que iba a deteriorar su salud mental y que se iba a poner enfermo por comerse esa torta del suelo”, escribió la progenitora.

Pero Phoenix había nacido un 31 de octubre y, al momento de salir del cuerpo de su madre, los médicos lo declararon muerto. “Desde el momento en que los médicos me dijeron que mi placenta se había separado y no había latidos, hasta que cortaron el cordón, fue un torbellino de emociones”, aseguró.

“El doctor me dio la mano, pero todo era horrible. No hacía más que ver en mi mente un diminuto ataúd blanco mientras procesaba lo que había ocurrido”, continuó.

Pero Phoenix, después de 13 largos minutos, volvió a la vida ese mismo día. “Cuando lo tomé en mis brazos por primera vez, el mundo desapareció”, recordó Amy.

Y, de seguro entre risas, dijo que “qué mejor que una tarta zombie para el bebé que fue declarado muerto y milagrosamente volvió a la vida en Halloween”.