La historia protagonizada por Cara Brookins, una joven madre de Arkansas (Estados Unidos) que tiene cuatro hijos, ha dado la vuelta al mundo gracias al esfuerzo y determinación con los que cumplió con su objetivo.

Tal como recoge el sitio norteamericano de virales Buzzfeed, la analista de computación no lo había pasado bien debido a maltratos sufridos a manos de sus últimas parejas. Después de dos fallidos matrimonios, en los que fue víctima de violencia, sintió que sus hijos -y ella misma- necesitaban “algo”.

“Me sentía avergonzada y estaba preocupada de que no tuvieran autoestima ni confianza”, sostuvo. “La realidad es que cuando enfrentas ese nivel de terror, sólo estás en modo superviviente. Estaba preocupada de que si uno de ellos dejara la casa, no lo volvería a ver nunca más”, agregó.

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Así fue como decidió dar vuelta la página para comenzar una nueva vida junto a sus hijos, y aunque no tenían el dinero suficiente como para comprarse una nueva casa, se las ingenió para solucionar este problema.

Enfocada en escapar de esta violencia y vivir con sus niños en su propio santuario, decidió construir un hogar con sus propias manos, sin importar que no tuviera conocimientos o experiencias de este tipo.

La idea la tuvo en 2007 mientras Cara y sus niños regresaban a la ciudad después de unos días de vacaciones. En un momento detuvo el automóvil para observar una casa que había resultado destruida por un tornado. Sólo tenía sus cimientos.

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“Me hizo pensar en comprar tablones y aglomerado y ponerlos juntos a ver qué pasaba. ¿Cómo sería la casa de nuestros sueños? ¿La querríamos construir?” precisó. Sus pequeños hijos, que en aquel entonces tenían 2, 11, 15 y 17 años, la apoyaron en esta misión.

La mujer pidió al banco un préstamo de 150 mil dólares para comprar los materiales, y así comenzó a construir la casa de sus sueños. Lo más sorprendente es que para esto recurrió a los tutoriales que están disponibles en Youtube, los que la guiaron en el proceso.

Pero en el camino los Brookins no sólo aprendieron técnicas de construcción sino que además comprendieron cómo ser una mejor familia. “Mientras hacíamos esto, fuimos descubriendo cómo comunicarnos mejor”, enfatizó Cara.

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El resultado final es una casa de 325 metros cuadrados que incluye 5 dormitorios y un garaje. Fue bautizada por la familia como “La Mansión Inkwell” y llevan 8 años viviendo ahí.

“Mis hijos ahora son valientes, se atreven a todo. No hay nada que les sugieras que no pueden hacer, es algo increíble”, contó Cara. Si quieres conocer más sobre su inspiradora historia, debes saber que ha escrito un libro llamado “Rise” en el que narra su experiencia.

Y a juzgar por las imágenes, lo cierto es que lo que consiguió es sencillamente notable.

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