La adicción a las drogas puede consumir casi por completo a un ser humano, pero es posible salir del foso.

Así lo ha mostrado Dejah Hall, una joven madre de 26 años oriunda de Glendale (Arizona, Estados Unidos), quien mostró en las redes sociales cómo salió adelante luego de que su vida fuera devastada por las metanfetaminas y la heroína.

“Yo era un monstruo… en todos los sentidos de la palabra”, comentó la mujer a la cadena ABC, luego de que su mensaje se volviera viral.

Hall, quien ahora es madre de una niña de 18 meses, publicó una serie de imágenes de su “antes y después” en Facebook para celebrar cuatro años de sobriedad.

En las fotos del “antes” se la ve desorientada, desaliñada y de apariencia vacía, mientras en las imágenes del “después” luce feliz y radiante.

“Hoy se cumplen 4 años limpios de heroína y metanfetamina. La de la parte superior izquierda soy yo en plena adicción, era una usuaria asidua de drogas intravenosas y como le pasa a la mayoría, empeoré progresivamente. En la parte inferior izquierda estoy yo el día en que fui arrestada (12-6-12) y por casualidad el día que finalmente me rendí a Dios”, indicó.

El mensaje de Hall fue compartido más de 34 mil veces y recibió más de 80 mil reacciones, además de cientos de comentarios de apoyo.

“Eres un milagro andante”, “la sobriedad luce hermosa en ti”, “una hermosa transformación”, fueron algunos de los comentarios que recibió, además de otros agradeciendo su testimonio.

Dejah Hall | Facebook
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Esta joven madre ahora trabaja como mesera, mientras se especializa en Estudios Cristianos en la Universidad del Gran Cañón. Ella comentó al diario británico Daily Mail que su adicción a las drogas comenzó cuando sólo tenía 17 años y tomaba montones de píldoras para lidiar con situaciones difíciles en su casa. A partir de ahí fue cosa de tiempo para pasar a consumir metanfetaminas. “Simplemente las cosas fueron cuesta abajo desde ahí”, explicó.

Aunque estuvo un tiempo en rehabilitación cuando ya tenía 20 años, cada vez se le hacía más difícil lidiar con el síndrome de abstinencia, por lo que decidió probar heroína a sugerencia de un amigo.

Fue así como se hizo adicta a la heroína. “No pude parar. Todo lo que quería hacer era drogarme. Lo deseaba tan desesperadamente que nada más me importaba. Cada minuto del día sólo quería drogarme. Cuando comencé a inyectarme heroína, no me importaba si vivía o moría”, indicó.

Hall dijo que consumió metanfetamina y heroína recurrentemente hasta 2012. “Me estaba matando a mi misma, pero aún me sentía hermosa”, confesó.

Él único que la hizo entrar en razón fue su abuelo, a quien ella visitó en su cumpleaños ese año. “Mi abuelo estaba sentado en su silla de ruedas, me miró y me dijo: ‘Me estás lastimando, Dejah’. Fui al baño, me miré al espejo y realmente vi que me había convertido en esta repugnante persona que necesitaba seguir inyectando drogas en sus venas para funcionar”, reveló. En ese momento prometió a su abuelo que superaría su adicción, pero horas más tarde fue detenida por orden judicial. Fue llevada a la cárcel, lo que la obligó a cumplir su promesa.

La mujer aseguró que aunque pudo haber obtenido drogas mientras estaba encarcelada, tomó la decisión de permanecer sobria y volcarse a una vida religiosa.

Aunque le hubiese gustado mostrarle a su abuelo que lo había logrado, éste murió apenas dos semanas después de su detención. “Más que nada, me gustaría poder decirle que lo hice, que lo estoy haciendo”, se lamentó.

Con estas fotos, Dejah espera inspirar a otros y mostrarles que es posible salir de la drogadicción.

Dejah Hall | Facebook
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