El invierno en EEUU es duro, y bien lo saben los que pequeños que a diario deben esperar el bus muy temprano para asistir a la escuela.

John Lunceford, un conductor de un autobús escolar de Washington, presenció esta situación de cerca cuando vio a uno de los escolares llorando por el insoportable frío sin unos guantes ni un gorro abrigador, y decidió hacer algo al respecto.

De acuerdo al medio local Tricity Herald, en una oportunidad cuando Lunceford se detuvo en un paradero subió aquel pequeño con las manos y las orejas rojas de tanto frío, pero se apresuró en darle sus propios guantes para tranquilizarlo.

“Soy abuelo… nadie quiere ver a un niño sufrir así” explicó, sin embargo, su gesto no quedó ahí. El hombre, quien lleva 3 años en ese puesto tras servir al Ejército de Estados Unidos, visitó una tienda una vez terminada su jornada y compró 10 gorros y 10 pares de guantes para entregarlos en el Kennewick School District.

Como era de esperar, el hombre además buscó a aquel niño que ayudó en el bus y le entregó en la biblioteca (lugar donde se encontraba el niño)sus propias prendas.

“Yo me ocuparé de ustedes” le dijo a los demás niños que se encontraban en el lugar, explicándoles que cuando ellos sintieran frío, el estaría ahí para ayudarlos.

La historia de este generoso conductor ha conmovido en redes sociales luego que la historia se compartiera en el Facebook de la escuela y fuera compartido más de 3 mil veces.