El registro de una cobarde agresión de carácter racista ha dado la vuelta al mundo en las últimas horas, generando enorme indignación a través de las redes sociales.

Se trata de un video grabado en el metro de Londres en el que se ve a un sujeto corpulento y con la cabeza rapada acercándose a una pareja que está sentada. De pronto, y sin motivo aparente, el agresor golpea con un certero combo al hombre de tez morena.

Junto con el cobarde ataque, lo que ha llamado fuertemente la atención es la reacción de la mujer que acompaña a la víctima: sin dudar un segundo, se para y persigue al sospechoso mientras le grita fuertes improperios en español como “cabrón” e “hijo de puta”.

Según recoge el periódico español ABC, el incidente ocurrió el pasado lunes a las 15:40 en la estación Upton Park, en el este de la capital inglesa. No obstante, recién dos días después las imágenes se viralizaron en internet.

La Policía de Transporte detuvo al hombre de 33 años, sin embargo fue puesto en libertad bajo fianza hasta noviembre.

En un primer momento las autoridades mantuvieron serias sospechas respecto a la posibilidad de que la persona que grabó la agresión haya sido un cómplice del autor del violento ataque.

Sin embargo, posteriormente se supo que el sujeto ya había estado molestando a otros pasajeros del metro, lo que explicaría la razón por la que la persona ya lo estaba grabando con su teléfono celular.

Identidad de la heroína

La heorína se llama Kilian Muñoz, tiene 35 años y es originaria de Sevilla. Está casada con Jubair Ahmed, un bangladesí de 31 años que es la persona que recibe el puñetazo.

Según comentó la mujer a un canal de televisión de Bangladesh, luego de preguntarle al agresor la razón por la que golpeó a su marido, este sólo respondió: “Cállate, por favor cállate”.

Esta es la segunda agresión que sufre Jubair desde que llegó a vivir a Inglaterra en 2011. Asegura que la tensión racial ha aumentado desde que se aprobó el Brexit en junio de este año.

“Vino hacia mi y comenzó a insultarme”, señaló el hombre, lo que lo llevó a evitar mirarlo directamente a los ojos.

El hombre agrega que el golpe que recibió fue tan fuerte que no fue capaz de reaccionar. “Mi mujer salió corriendo, pero yo estaba conmocionado. Fue algo inesperado y me quedé mareado, no podía pensar”, explicó.

“Quiero justicia. Un castigo. Con eso me quedo contento”, agregó.