En 2011 el Instituto Nacional de Agua e Investigación Atmosférica de Nueva Zelanda (NIWAM, por su sigla en inglés) demostró que el Lago Azul -Blue Lake-, ubicado en el Parque Nacional Nelson Lakes, es el cuerpo de agua dulce más cristalino conocido hasta ahora en el mundo.

Según el portal de turismo y cultura neozelandés 100% Pure New Zeland, este estudio mostró que la visibilidad en el lago es de hasta 80 metros de profundidad. Esto significa que esta agua es casi tan transparente como el agua destilada.

De hecho, en el Lago Azul -también conocido como Rotomairewhenua, por su nombre en la lengua maorí- se pueden observar tonos azul y violeta, lo que sólo es posible en aguas naturalmente claras.

Según el portal de turismo neozelandés InfinityNZ, “sus colores se deben, probablemente, a los cambios en la temperatura según la estación del año, lo que permite la precipitación de cristales de carbonato de calcio que pueden apreciarse en longitudes de ondas azules al recibir el reflejo de la luz del sol”.

El lugar se ubica al norte de la Isla Sur y se alimenta por las aguas del cercano Lago Constance, a través de un río subterráneo. Esta zona es popular por sus rutas de senderismo y pesca, además de realizarse vuelos panorámicos con helicópteros.

De acuerdo a InfinityNZ, “el Lago Azul es producto de erupciones volcánicas de aproximadamente unos 6 mil años, las cuales originaron un cráter que al llenarse de agua, debido al contacto del agua profunda (subterránea) con el magma o lava creó un lago poco profundo también llamado ‘maar’”.

En este sentido, explican que este cuerpo de agua es uno los cuatros ‘maars’ del Complejo volcánico de Mount Gambier.

Asimismo, su ubicación geográfica -a una altura de 1200 metros sobre el nivel del mar, justo debajo de la línea de árboles del montañoso sector- hace que el Lago Azul siempre esté frío. Su temperatua oscila entre los 5 y 8°C.

Pero pese a ser aguas muy limpias y cristalinas, nadie se puede sumergir en él. La razón: es considerada sagrada por una tribu maorí local llamada Ngāti Apa ki te Rā Tō, por lo que se prohibió que los humanos entre en el lago.

Es más, el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda exige a los visitantes que respeten las aguas, recalcándole que no se pueden bañar en éste, ni tampoco lavar ropa o platos.

La única persona que se ha sumergido, es el fotoperiodista y ambientalista danés Klaus Thymann, quien en 2013 recibió un permiso especial de los maoríes, el NIWA y el Departamento de Conservación de Nueva Zelanda para poder capturar la claridad del lago con fines de conservación.

 Klaus Thymann
Klaus Thymann

Para acceder al Lago Azul, debes primero arribar a la ciudad portuaria de Nelson, el centro poblado más cercano. Luego dirigirte, al Parque Nacional Nelson Lakes, que comienza en el extremo norte de los Alpes del Sur, una serie de cadenas montañosas que forman la división principal de la Isla Sur.

Este parque se inauguró en 1956, cuenta con unos 1020 kilómetros cuadrados y es conocido por recibir muchos turistas que van a acampar, caminar y pescar.

En este lugar se pueden encontrar impresionantes bosques nativos de hayas (árbol), lagos glaciares y ríos.

Allí, también es posible hallar cabañas mantenidas por el Departamento de Conservación, que se encuentran dispersas a lo largo de los senderos.

Además, cuenta con un Proyecto de Recuperación de la Naturaleza Rotoiti, que tiene como objetivo revivir las poblaciones de kiwi, otras aves nativas y lagartos.

 Klaus Thymann
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Si tienes dudas aún de la belleza de este lugar sagrado, te dejamos algunas fotos.

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