El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en el mundo, con una cifra de cerca de 9 millones de víctimas fatales sólo durante 2015, según publica la Organización Mundial de la Salud.

De acuerdo al organismo internacional, esta enfermedad se define como “la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos”.

El mayor riesgo al padecer esta enfermedad es justamente la propagación de las células malignas, la metástasis, que es el momento en que diversas partes del cuerpo comienzan a producir anormalidades y que son complejas de tratar.

Es, finalmente, una cuestión de lógica: si el cáncer está en una zona específica, será más fácil eliminarlo que si se presenta en distintas partes al mismo tiempo.

Entre los órganos más recurrentes, se cuentan el pulmón, hígado, estómago y mamas, además de células como los leucocitos o glóbulos blancos presentes en la sangre y en la médula ósea. Si bien estos son algunos de los más comunes, hay otros bastante extraños que podrían resultar, incluso, desconocidos para muchos.

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Cáncer de pene

Uno de ellos es el cáncer de pene, que según el urólogo de la Clínica Alemana y académico de la Universidad del Desarrollo, Mario Fernández, afecta a una de cada 100 mil personas.

El especialista explicó a BioBioChile que la enfermedad, que no está vinculada con el tabaquismo, comienza a mostrarse con una pequeña herida milimétrica en el glande o el prepucio que, con el tiempo, se torna un pequeño bulto indoloro con características irregulares.

“No produce dolor, simplemente aparece. Es asintomático”, sostuvo Fernández. “Está asociada a condiciones higiénicas deficientes, sobre todo cuando existe un prepucio más largo”, explicó.

Existen dos factores de riesgo: el primero habla de un aseo insuficiente que termina en inflamación de la zona genital; el segundo está relacionado, en algunos casos, con el virus de transmisión sexual papiloma humano, que se manifiesta con verrugas en los sectores íntimos.

Los tratamientos varían dependiendo de la etapa en que se encuentre el cáncer. “Cuando el tumor es pequeño, se puede tratar de forma conservadora. Por ejemplo, hay terapias de láser, con quimioterapia de forma tópica o con cirugía microscópica extractiva de la zona afectada”, dijo Fernández.

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Lo ideal es que sea detectado de forma temprana, para que el daño en el aparato reproductor sea mínimo. “Se intenta mantener lo máximo de pene, para que el hombre no se vea afectado en su actividad cotidiana y sexual”, detalló el experto.

De todas formas, cuando las células cancerígenas se toman gran parte del aparato, “lo único que se puede hacer es operar”, indicó Fernández. “Ahí se debe sacar el tumor entero y eso implica tener que sacar parte del órgano (…) esto podría llegar a una penectomía total”, especificó.

En ese caso, los doctores deben intervenir gran parte del aparato reproductor masculino para que la uretra, el conducto que expulsa la orina, pueda salir por el escroto y el paciente pueda realizar sus necesidades de la forma más normal posible.

“Si el tumor es pequeño, las probabilidades de curarse son del 90%. Cuando el tumor es grande y tiene metástasis, la probabilidad de sobrevida a los dos años es nula. Estos últimos mueren”, explicó el urólogo.

Por último, fue enfático en aclarar que “cuando se diagnostica en etapa de metástasis ya es incurable. Hay gente que se muere de cáncer de pene“.