“¡No te frotes los ojos!”, “¡no te sientes cerca del televisor!”. Esas son algunas de las frases que, de seguro, te decían tus padres para evitar que dañes tu vista.

Pero te asombrará saber que tu familia estaba equivocada al reprenderte por la segunda causa, pues es mentira. No hay evidencia que tal acto cause daño duradero.

No obstante, sí hay otras cosas que causan serios daños en tus ojos, por lo que deberías tener especial cuidado.

¿Qué no debes hacer para tener una vista saludable? Te lo contamos a continuación.

Usar el mismo lente de contacto

Si no usas lentes de contacto, pasa de largo. Si usas, quédate, pues podrías estar arriesgando tu vista.

Y es que con el tiempo, las bacterias que están en estos aparatos se van acumulando, incluso si cambias la solución acuosa. Conforme pasan las horas, estos podrían multiplicarse.

Cuando los pongas en tus ojos, pueden causar una dolorosa úlcera corneal que ocasiona picazón, sensibilidad a la luz y visión borrosa.

Es por eso que el oftalmólogo Ray Chan, dijo al medio digital Prevention que hay que cambiar los lentes cada 3 o 4 meses. “Una buena forma de recordarlo es hacerlo cuando botes tu cepillo de dientes”, explicó.

Asimismo, es necesario renovar la solución todos los días. Reutilizarla provoca la aglomeración de bacterias, lo que puede aumentar el riesgo de infección.

Frotarse los ojos

Ya lo decíamos: es uno de los motivos por el que nos retaron nuestros padres.

Wikipedia | CC
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A pesar de que se siente bien, puede romper los vasos sanguíneos que se encuentran en los ojos, haciendo que se vean inyectados de sangre.

También puede transferir bacterias y virus desde las manos hasta los ojos provocando paecimientos como el “ojo enrojecido“.

El oftalmólogo recomendó que, cuando exista la necesidad de frotarse los ojos hay que, primero, lavar las manos, y luego “mantener los dedos en el borde orbital, que es el borde óseo alrededor del ojo”. Esto daría la misma sensación, sin afectarlo.

Encrespar las pestañas

Las pestañas existen por una razón: bloquear la suciedad evitar que entre a los ojos.

Encresparlas deja el camino libre a las infecciones, lo que produce reacciones del sistema inmunológico, como hinchazón, enrojecimiento y dolor.

VisiónPerfectaHoy
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Agua en los lentes de contacto

De nuevo: si usas, quédate.

El agua de la llave puede contener virus y bacterias que, incluso, podrían provocar queratitis, un padecimiento que en los casos más graves, causa ceguera.

Por tanto, el especialista prohibió el uso de líquidos no admitidos en la limpieza de los lentes de contacto, especificando que siempre se debe usar la solución especial para lentes de contacto.

Wikimedia | CC
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El agua destilada o una solución salina son últimas opciones, aunque en casos extremos podría utilizarse agua de grifo, siempre y cuando esté hervida y esterilizada.

Nadar sin gafas

El especialista afirmó que, al nadar, deben cubrirse los ojos con gafas especiales para la actividad.

La razón no varía: el agua contiene una serie de microorganismos que pueden resultar muy dañinos para la salud… sobre todo cuando en ella hay más personas.

Incluso, cuando el cloro utilizado para limpiar las piscinas públicas se mezcla con sudor, orina y materia fecal, forma cloraminas, sustancias químicas que pueden causar enrojecimiento e irritación ocular.

Usar ‘gotitas’ todo el tiempo

Las gotas que buscan blanquear los ojos, extrañamente pueden hacer que se vean más rojos.

Esto, puesto que su trabajo es oprimir los vasos sanguíneos, produciendo que los órganos no se vean inyectados de sangre… el problema es cuando se genera una dependencia.

El oftalmólogo Andrew Holzman, explicó que cuando los ojos se acostumbran, existe un efecto rebote al no recibirlas.

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Por eso asegura que “está bien usarlas de vez en cuando, en momentos en que se ha trasnochado, por ejemplo”, pero no hay que abusar.

Si a pesar del uso constante de gotas, los ojos continúan tornándose rojos, el especialista aconsejó contactar a un médico rápidamente, ya que podrían haber problemas de sequedad ocular.

No proteger los ojos al asear

Según la Academia Americana de Oftalmología, el 40% de los daños oculares se producen por reparaciones en el hogar, limpieza o trabajos en el jardín.

De acuerdo a los dichos del oftalmólogo Stuart Sondheimer, esto se debe a que en esos momentos suele haber riesgo con metales, escombros y madera.

Puede parecer un poco ridículo… pero la recomendación es realizar ese tipo de actividades con gafas que protejan la vista.