Toda persona enfrenta un nivel de estrés cotidiano que le permite estar alerta al entorno. Sin embargo, al estar sometidos constantemente a la presión, los efectos pueden ser nocivos para el bienestar, afectando funciones básicas como el sueño, alimentación o la comunicación.

Efectivamente, la voz se ve muy afectada en periodos de exigencia en una persona. “Esta afectación será más significativa en individuos que utilizan su voz de manera profesional o bien, que la utilizan como su instrumento de trabajo. Acá está el caso de profesores, cantantes, actores, abogados, ejecutivos de call center o cualquier profesión u oficio que requiera el uso de la voz para su desempeño”, explica Gonzalo Gallardo, director de la Carrera de Fonoaudiología de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar.

“El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante. En otras palabras, es el modo en que el organismo reacciona ante un desafío”, detalla el fonoaudiólogo.

“La voz es el resultado de varios mecanismos y sistemas que al funcionar coordinados producen en nuestras cuerdas vocales lo que se denomina ‘tono fundamental’. Éste, se modifica a través de los resonadores que están en nuestra cabeza y así se crea este hermoso y único instrumento. Asimismo, cuando este mecanismo es afectado por el estrés, se produce un deterioro en la voz”, agrega el experto.

Uno de los sistemas más afectados con el estrés continuo, es el muscular que es primordial en el funcionamiento de las cuerdas vocales. “El estrés aumenta la tensión de este sistema y produce una función inadecuada que puede llegar a provocar una disfonía o dificultad en la fonación”, agrega el académico de la UNAB.

Recomendaciones

Gonzalo Gallardo advierte “evitar las situaciones que provocan tensión a nuestro organismo, pero al lado de esto, también hay medidas necesarias para fortalecer y cuidar nuestro sistema vocal, a pesar del estrés que nos acompaña en nuestra vida diaria”, dice.

Estas medidas en conjunto, se conocen como “Higiene Vocal” y dentro de las más comunes se pueden mencionar:

1.- Beber al menos 2 litros de agua cada día (sobre todo cuando se está utilizando la voz en el desempeño laboral).

2.- Preparar la musculatura involucrada en la fonación a través de ejercicios de calentamiento vocal.

3.- Evitar el consumo de cafeína, pues deshidrata las cuerdas vocales.

4.- No fumar, pues es uno de los hábitos más dañinos para nuestras cuerdas vocales.

5.- Evitar los cambios bruscos de temperatura.

6.- Tener horas de sueño suficientes para el descanso necesario cada día.

7.- Entender y tomar conciencia que somos individuos integrales y los estados permanentes de estrés pueden provocar, entre otras cosas, alteraciones en nuestra voz que impedirán una comunicación espontánea, expresiva y eficaz con el mundo que nos rodea.