El cáncer es una enfermedad que, solo en 2013, terminó con la vida de más de 1 millón 900 mil chilenos, siendo los más destructivos aquellos que afectaron el estómago, la próstata y los pulmones.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, se define como el crecimiento descontrolado de células anormales en el cuerpo, siendo presuntamente originado desde el cambio irregular de su material genético.

Desde el comienzo del milenio hasta 2013, con los tratamientos médicos y los no convencionales, las cifras de mortalidad por esta afección han disminuido. Así lo demuestra la siguiente tabla realizada con datos del Ministerio de Salud.

En ella se puede ver que las muertes por cáncer al esófago, cuello uterino y vesícula biliar bajaron en más de un 40%, mientras que los de recto y endometrio aumentaron en cifras cercanas al 20%.

Minsal
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Por esto es que resulta fundamental conocer algunas prácticas cotidianas que podrían ayudarte a evitar padecer de esta dura enfermedad. Dejar el cigarrillo es una de ellas, claro, pero vamos más allá. Te las mostramos a continuación:

Redirigir el estrés

De acuerdo a la investigación del Instituto Ignacio Umbert, de España, el estrés es uno de los principales factores que producen, indirectamente, inflamación en zonas del cuerpo. Esto, mediante distintas rutas fisiológicas y metabólicas que podrían llegar a variar el actuar del sistema endocrino, nervioso e inmunitario.

Cuando se sufre estrés, las células del sistema inmune se modifican, ganando sensibilidad y perdiendo cierto control sobre los procesos que disminuyen las inflamaciones.

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Pero eso no es todo, pues inflamaciones crónicas en los órganos del cuerpo pueden causar daño en el ADN y llevar al cáncer. Así lo explicó el Instituto Nacional del Cáncer (NIH, por sus siglas en inglés) estadounidense, quien especificó que, por ejemplo, la gente con enfermedades como la colitis ulcerosa tiene un mayor riesgo de cáncer de colon.

Ante esto, es recomendable realizar actividades como yoga, senderismo o meditación. Incluso, los especialistas aconsejan llevar a cabo acciones de carácter altruista, ya que disminuirían drásticamente los niveles de estrés.

Evitar el moho

El médico Dwight McKee, certificado en medicina interna, oncología médica, nutrición y medicina integradora y holística, explicó al medio Prevention que las micotoxinas y las aflatoxinas producidas por algunos hongos como el moho, son las sustancias más cancerígenas.

De acuerdo al estudio cubano del Hospital General Calixto García, “las micotoxinas son sustancias tóxicas cancerígenas que se originan por el crecimiento del hongo sobre subproductos como harinas, granos, frutas, y otros, incluso aún sin cosechar”.

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Por otro lado, las aflatoxinas son producidas por ciertos hongos en cultivos agrícolas como el maíz, el maní o cacahuates, la semilla de algodón y los frutos secos, y son relacionadas, principalmente, con el cáncer de hígado.

Ante esto, el experto aconsejó que al apreciar moho en lugares del hogar, se debe llamar a un especialista en remoción para comprobar el espacio y la real amenaza.

Asimismo, el NIH recomendó comprar frutos secos de marcas reconocidas y desechar aquellos que estén mohosos o de un color extraño.

Llevar una vida sana

El ejercicio físico ayuda a fortalecer el sistema inmunitario que, al mismo tiempo, defiende los órganos de las células malignas. Por esto es que el especialista aseguró que se debe realizar entre 20 y 30 minutos de movimientos básicos al día -como caminar o trotar-.

Por otro lado, los alimentos como frutas y vegetales con alto contenido de vitamina C, el agua y las legumbres, podrían ayudar a reforzar el sistema en cuestión.

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Consumir vitamina D

La vitamina D es beneficiosa en múltiples aspectos de la salud, esto incluye la prevención del cáncer.

Numerosos estudios epidemiológicos han mostrado que el consumo o las concentraciones más altos de vitamina D están asociados con un riesgo menor de cáncer colorrectal” dice el NIH, entregando un ejemplo de los beneficios que entrega este compuesto.

Si no estás recibiendo suficiente, la solución es simple: salir por unos 10 minutos a la calle. Y es que esta vitamina se produce en el cuerpo cuando la piel recibe la luz solar.

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Además, los alimentos como el salmón y el atún, aceites de hígado de pescado, hígado de vacuno, queso, yema de huevo y champiñones, son una importante fuente de vitamina D.