Desde que iniciamos nuestra vida sexual más de alguna vez, tanto hombres como mujeres, hemos experimentado un orgasmo, o al menos eso creemos. Si bien se ha intentado definir este concepto innumerables veces, sigue siendo un tema complejo y existen varias acepciones que explican esta indescriptible sensación.

En el texto La ciencia del orgasmo (2006) de los autores Barry R. Komisaruk, Carlos Beyer-Flores y Beverly Whipple, se plantean varias definiciones que podemos resumir en que el orgasmo sería una respuesta a estímulos sexuales que se manifiesta en una liberación física que incluye contracciones musculares experimentadas principalmente en la región pélvica. Éstos son controlados por el sistema nervioso involuntario y también está asociado a sensaciones de euforia y otros movimientos.

A menudo lo que viene después del orgasmo es un momento de relajo donde se liberan las hormonas oxitocina, prolactina y endorfinas.

Pero ¿qué pasa cuando el orgasmo acarrea efectos secundarios poco comunes? Y es que una reciente investigación determinó que existen personas que experimentan reacciones tales como estornudos, llantos y convulsiones luego de llegar al clímax.

Esto según el estudio, llevado a cabo por James Simon, profesor de obstetricia y ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad George Washington, y la ginecóloga Anna Reinert del Centro Médico de la Universidad de Maryland, Estados Unidos.

Para llegar a estas conclusiones, los expertos realizaron una lista de las más extrañas respuestas relacionados con el orgasmo y que escucharon o trataron durante su carrera. Entre estos fenómenos estaban la risa, el llanto, los estornudos, convulsiones y cataplexia.

Una vez que tuvieron la lista comenzaron a buscar ejemplos de cada situación y aunque no encontraron nada relacionado a la risa, podemos decir que de acuerdo al ginecólogo costarricense, Mauro Fernández, del Instituto Costarricense de Sexología, el orgasmo “es una experiencia tan compleja, íntegra y polimórfica” que es normal que se presente este tipo de reacciones sin un mayor trasfondo, por lo que no hay que pensar que una risa tiene que ver directamente con el desempeño sexual de uno de los amantes.

Gabriel S. Delgado C. | Flickr
Gabriel S. Delgado C. | Flickr

Volviendo a la investigación, respecto a la reacción de llanto, ésta recibe el nombre de disforia postcoital (PCD, por sus siglas en inglés) la que también se asocia a la sensación de sentirse deprimido.

La PCD se caracteriza por un repentino cambio de ánimo tras el sexo, y que ocurre tanto en hombres como mujeres. A menudo se siente un sentimiento de tristeza y/o mal humor pero dura sólo unos minutos.

De acuerdo al psiquiatra británico Anthony Stone, entre las razones que detonan este síntoma es la pérdida del objetivo central que se experimenta luego de llegar al clímax. Por lo mismo, él recomienda que el “después” sea un momento de confianza, cariño y tranquilidad, para así seguir encontrándole sentido a ese encuentro sexual.

En cuanto a los estornudos, los investigadores relacionaron éstos a los estímulos naturales que se dan en el sexo y que activan varias partes del sistema nervioso parasimpático, el mismo que pertenece al sistema nervioso autónomo y que controla funciones y actos involuntarios. Además, se encarga de la producción y el reestablecimiento de la energía corporal.

Según los médicos, los estornudos son más comunes en los hombres e incluso en algunos casos experimentan un síndrome conocido como “síndrome post orgásmico“.

Este cuadro, de acuerdo al investigador holandés Marcel Waldinger de la Universidad de Utrecht, se ha analizado desde hace unos 15 años y se caracteriza por el hecho de que algunos hombres, al poco tiempo de eyacular, experimentan síntomas similares a una gripe, tales como fiebre, malestar corporal, picor de ojos y nariz, y estornudos.

Para explicar lo anterior, Waldinger estudió a 45 hombres holandeses diagnosticados con la enfermedad y sus síntomas, según detalló a la revista científica Journal of Sexual Medicine. Los malestares suelen durar entre 2 a 7 días.

Otros resultados de la investigación apuntaron a diversos dolores en zonas del cuerpo como pies, oídos, rostro y cabeza, los que en algunos caso pueden durar hasta horas.

Un caso en particular que citaron es el de una mujer de 55 años, la que experimentaba sensaciones similares a las de un orgasmo en su pie izquierdo, luego que estuvo internada en un hospital. Ésta aseguraba que cuando tenía relaciones sexuales y llegaba al orgasmo, su pie también lo sentía. En ese contexto, los médicos indicaron que podía tener que ver con que algunas fibras dañadas se estaba regenerando lentamente.

CC0
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Pese a que no explican en detalle los dolores asociados a la cabeza, cabe señalar que existe una común condición denominada “cefalea orgásmica”, y que según la sexóloga española Yesenia Méndez, ésta consiste en “la aparición de un intenso dolor de cabeza que puede suceder antes, durante o después del orgasmo” y que afecta en forma de latidos o palpitaciones en la sien o la frente, y se extiende al resto de la cabeza.

En la misma línea, en un artículo del Huffington Post, Teófila Vicente, doctora y académica de la Real en Academia de Medicina Balear, indicó que varios pacientes que sufren de esta condición presentan cuadros de ansiedad, depresión, tristeza y angustia, sin embargo, la mayoría no busca ayuda médica por miedo a toparse con algún problema de salud más delicado.

Según la doctora española Margarita Sánchez del Río, directora del Programa de Cefaleas del Servicio de Neurología, del Hospital Ruber Internacional de Madrid, España, existen dos tipos de cefalea sexual: la preorgásmica y la orgásmica. En la primera, el dolor se incrementa de forma gradual hasta llegar a su máxima intensidad durante el orgasmo; y en la segunda, el dolor es repentino y explosivo, coincidiendo con el orgasmo. En ambos casos, el dolor dura unos 30 minutos y luego se atenúa con las horas.

Por último, respecto a las convulsiones, los autores denominaron estas reacciones como un tipo de “epilepsia refleja” al que el orgasmo sirve como estímulo. Aunque otros, en tanto, aseguraron haber experimentado por primera vez este tipo de reacciones cuando tuvieron sexo, lo que debe ser investigado en mayor profundidad porque podría ser un antecedente de algún cuadro médico.