En algunas ocasiones, las historias que comienzan de la forma más tranquila y rutinaria, terminan por convertirse en un verdadero rompecabezas para las autoridades, las que pueden tardar años en descifrarlos.

No obstante, también están aquellos casos en los que la verdad jamás llega a saberse, al menos en un 100%.

Prueba de ello es el conocido como ‘Incidente del Paso Diatlov’, en el que 10 jóvenes rusos salieron un día de enero de 1959 en un viaje de expedición por los montes Urales, una baja cordillera montañosa considerada la frontera natural entre Europa y Asia.

Sin embargo, algo los detuvo en el camino que les impidió lograr su objetivo. Y no sólo eso, ya que todos fueron encontrados muertos, excepto uno. Casi 60 años después del incidente, las causas aún son un misterio.

De izquierda a derecha: Lyudmila Dubinina, Igor Dyatlov, Nicolas Thibeaux y Rusten Slobodin | infodjatlov.narod.ru
De izquierda a derecha: Lyudmila Dubinina, Igor Dyatlov, Nicolas Thibeaux y Rusten Slobodin | infodjatlov.narod.ru

Iniciando la travesía

Todo comenzó el 25 de enero de 1959, cuando un grupo compuesto por 9 jóvenes veinteañeros amantes del alpinismo, y un guía -Alexander Zolotarev- llegaron hasta el poblado ruso de Ivdel para comenzar con su travesía.

Como en toda historia que contiene los elementos típicos de suspenso, misterio y terror, en este lugar uno de ellos, Yuri Yudin, se salvó de la manera más impensada: contrajo disentería, lo que lo obligó a desertar en la misión.

Con todos sus implementos necesarios como para soportar bajísimas temperaturas, incluyendo ropas, comida y herramientas, los jóvenes llegaron hasta Vizhai, el último asentamiento habitado en el extremo norte.

El líder de la expedición llevó consigo una cámara para así documentar todo el viaje. Gracias a estas imágenes, obtenidas posteriormente, se sabe que la travesía marchaba con mucho ánimo y con buen humor.

Igor Dyatlov, líder de la expedición, a la izquierda | infodjatlov.narod.ru
Igor Dyatlov, líder de la expedición, a la izquierda | infodjatlov.narod.ru

Luego de cinco días de intensa caminata, el grupo sufrió su primer imprevisto, aunque no se dieron cuenta de aquello hasta transcurridas algunas horas.

Por un error de cálculo, se alejaron de la vía trazada, y el 1 de febrero debieron acampar en la ladera de la montaña Kholat Syakhl, lo que en la lengua local significa “Montaña de la muerte”.

Esto es lo último que se sabe con certeza de los jóvenes.

Cuatro días después, otra expedición que pasó por las cercanías divisó el campamento. Luego de acercarse, comprobaron que algo andaba mal: no había nadie.

Lo primero que les llamó la atención fue que las carpas estaban rasgadas, pero desde su interior. Y aunque en un comienzo lo atribuyeron al ataque de algún animal, como un oso, esto fue rápidamente descartado debido a que las pertenencias de los alpinistas estaban intactas y ordenadas.

Los cortes en el interior de las carpas | infodjatlov.narod.ru
Los cortes en el interior de las carpas | infodjatlov.narod.ru

La forma de estos trazos, probablemente hechos producto de la desesperación, confundió a los excursionistas.

En las afueras de la carpa, descubrieron que habían huellas en la nieve, las que se dirigían -de una manera más bien torpe- hacia un bosque cercano.

Cubiertos por la nieve de un par de días, hallaron dos cadáveres, los que estaban bocabajo y en ropa interior. El frío mantuvo los cuerpos casi intactos, ya que sólo sus manos tenían algunas heridas.

Según se cree, ambos intentaron subirse de manera desesperada a una enorme roca que estaba en las cercanías.

Posteriormente divisaron tres cadáveres más, dentro de los cuales se contaba el del líder, Alexander. Pero lo más extraño, es que aun cuando no mostraban signos de violencia o de un ataque, todos tenían una aterradora expresión en sus rostros.

Lugar donde se encontraron los primeros dos cadáveres | infodjatlov.narod.ru
Lugar donde se encontraron los primeros dos cadáveres | infodjatlov.narod.ru
Uno de los cadáveres | nfodjatlov.narod.ru
Uno de los cadáveres | nfodjatlov.narod.ru

Luego que los exploradores regresaran a Vizhai, la noticia de las muertes rápidamente se masificó, lo que llevó a las autoridades a desplegar rescatistas para hallar a las cuatro personas restantes.

Recién dos meses más tarde lograron ubicar los cuerpos restantes, los que a diferencia de los anteriores, llevaban ropa. Además presentaban evidentes signos de violencia, tales como costillas rotas y fracturas craneales.

Mientras que en el caso de los dos primeros se determinó que murieron por hipotermia, nadie pudo explicar por qué se encontraban con sus uñas destrozadas, como si hubiesen actuado bajo desesperación.

En tanto, de los siguientes cuatro se estableció que habían tenido fallecimientos traumáticos, similar a los que provoca un accidente de tránsito de gran velocidad. Esto descartó la teoría de un posible ataque por parte de terceros, principalmente porque era imposible que alguien tuviera la fuerza como para dejarlos en ese estado.

Sólo cuatro meses más tarde se ubicó a los tres restantes fallecidos, bajo cuatro metros de nieve, en las cercanías de un arroyo.

Uno de los cadáveres (CC) Wikimedia Commons
Uno de los cadáveres (CC) Wikimedia Commons

Luego de una investigación, se descubrió que algunos de los cuerpos no tenían heridas externas, aunque sí muchas internas, como si hubiesen sido alcanzados por un alto nivel de presión.

Si bien se sospechó que indígenas del pueblo mansi pudieron haber tenido algo que ver en las muertes, no había ninguna evidencia sobre alguna lucha cuerpo a cuerpo.

Una de las conclusiones que establecieron las autoridades fue que probablemente los jóvenes se vieron obligados a abandonar las carpas de manera desesperada durante la noche, mientras dormían, con -30ºC en el exterior. Varios de ellos fueron encontrados apenas con zapatos o calcetines.

Otro aspecto que nunca ha sido esclarecido, es respecto a por qué algunos de los miembros de la expedición presentaban niveles de radiación.

Finalmente el lugar fue bautizado como Paso Diatlov, en honor al guía del grupo.

Enigmático caso

Yuri Yudin, el único que sobrevivió a la tragedia gracias a la enfermedad que lo llevó a dejar el grupo, dio una entrevista en 2012 en la que ahondó en la teoría que toda su vida defendió: detrás de la muerte de sus compañeros, estaban los militares soviéticos.

Según publicó el periódico británico The Telegraph, Yudin dijo que al llegar a las carpas junto con las autoridades, vio ropa militar que no era del grupo.

Esto lo hizo presumir de que habían llegado otras personas antes de los alpinistas que descubrieron el campamento vacío.

La última foto tomada por Dyatlov | infodjatlov.narod.ru
La última foto tomada por Dyatlov | infodjatlov.narod.ru

Además recordó que en aquella época, los encargados de la investigación parecían estar más interesados en las razones por las que habían llegado hasta ahí, en vez de la causa de las muertes.

Finalmente, el ruso deslizó una pregunta que refleja a cabalidad el misterio que rodeó al caso:
“Si tuviera la oportunidad de pedirle a Dios una sola pregunta, esta sería, ¿Qué le pasó realmente a mis amigos esa noche?”. Un año después murió.

Retratos de los excursionistas fallecidos en su tumba en Ekaterimburgo (CC) Wikimedia Commons
Retratos de los excursionistas fallecidos en su tumba en Ekaterimburgo (CC) Wikimedia Commons