"Fue una misión de una envergadura terriblemente grande, quizás la única a ese nivel realizada en Chile”, un país que 38 años después sacó de las entrañas de la tierra a 33 mineros sepultados en otro accidente. Tres de los principales protagonistas del rescate a los 14 sobrevivientes de la Tragedia de Los Andes que aún estaban en la cordillera, relataron cómo se vivieron los dos días de trabajo.

Este jueves 13 de octubre, se cumplen exactamente 50 años de la llamada Tragedia de Los Andes, un accidente aéreo que involucró a varios ciudadanos uruguayos y que dejó el saldo de 29 muertos en plena cordillera.

Y tal como algunos catalogan el hecho como una “tragedia”, otros puedes describirlo como un milagro, ya que 16 de los 45 pasajeros y tripulantes lograron sobrevivir, después de pasar más de 70 días en la nieve, a más de 3 mil metros de altura.

De igual modo, se recuerda el operativo de rescate en favor de quienes sortearon la muerte entre las montañas, luego de que un arriero chileno lograra hacer contacto con dos de los rugbistas uruguayos.

A 50 años de la tragedia de Los Andes

Cincuenta años después del accidente que provocó la Tragedia de Los Andes, el primer enfermero que atendió a los 16 sobrevivientes, uno de los copilotos que los rescató y el periodista que los entrevistó en exclusiva, revelaron cómo se produjo la que para muchos es la mayor operación de salvamento nunca antes realizada en Chile.

El rescate, quizás solo comparable con el de los 33 mineros en el 2010, duró dos días y fue complejo, arriesgado y peligroso.

Así, el 22 de diciembre de 1972, una vez iniciado el verano, el clima torpedeaba cualquier operación aérea, pero la urgencia de evacuar a los recién ubicados sobrevivientes que habían resistido 72 días en la cordillera obligó a los rescatistas a llevar a cabo su misión.

Luego recibir una alerta, los equipos de salvamento marcharon rumbo al rancho Los Maitenes, en la región de O’Higgins, para conseguir alguna pista del lugar del siniestro y reunirse con Roberto Canessa y Fernando Parrado, los dos supervivientes que habían abandonado el maltrecho fuselaje del aparato en busca de ayuda y que fueron encontrados por un arriero.

“No creíamos que fueran los uruguayos, porque ya habíamos completado más de cien misiones buscándolos”, recordó el ex suboficial de la Fuerza Aérea (Fach) Ramón Canales, copiloto de uno de los helicópteros que participó en el rescate.

“Si era verdad (que eran los uruguayos), eso era noticia mundial. ¿Qué mejor tema para cubrir que ese para una persona que está empezando?”, comentó el periodista Alipio Vera, el primero en entrevistar a Canessa y Parrado en el rancho, que entonces tenía 27 años.

Encontrados por un arriero chileno

El rumor del hallazgo empezó a correr el día anterior, después de que el arriero Sergio Catalán se presentara en la comisaría de Puente Negro, la zona convertida en epicentro del rescate, con un mensaje manuscrito de Parrado.

“Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace diez días que estamos caminando (…) En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles (..) ¿Dónde estamos?”, escribió el jugador de rugby.

Catalán, que se lo había encontrado de casualidad al otro lado del río Azufre, intercambió mensajes con él envueltos en piedras y le prometió regresar con ayuda. Mandó a varios baqueanos al lugar mientras él se ocupaba de avisar a la policía y daba inicio así a la operación de rescate.

Dos helicópteros despegaron de Los Maitenes en búsqueda del avión perdido en Los Andes. En uno de ellos viajaba Parrado, que tenía que guiar a los rescatistas, pero se desorientó por completo.

“¡Allá está el manchón!”

“Llegó un momento en que nos dimos cuenta de que las aguas caían desde lo más alto hacia el oriente. En la cordillera de Los Andes cuando las aguas caen al poniente es territorio chileno y cuando caen al oriente es Argentina”, explica Canales.

Fuera de territorio nacional, los rescatistas habían quedado sin referencias para encontrar el avión en medio de la nieve.

“Entonces Parrado me dijo que en la punta del cerro había un manchón de color café desde donde se había producido una avalancha en la que fallecieron varios de los pasajeros”, añade el copiloto.

¡Allá está el manchón!”, exclamó Canales a los pocos minutos, recuerda. Tras un aterrizaje complicado, que terminó con la caída sobre la nieve de uno de los helicópteros que había perdido sustentación, encontraron el fuselaje.

Con los brazos en alto, saltando y gritando hacia el cielo, encima de la nieve, estaban los 14 sobrevivientes de la Tragedia de Los Andes, que tantas veces habían soñado con ese momento. Canales capturó esta imagen desde el helicóptero y la foto dio la vuelta al mundo.

El encuentro de los 14 sobrevivientes de la Tragedia de Los Andes

“Me dio una alegría interior que es difícil relatar. Me acordé mucho de mi papá y de mi polola”, dijo José Bravo, ex suboficial de la Fuerza Aérea Chilena (Fach) y primer enfermero que atendió a los supervivientes, sobre el momento de toparse con el avión.

El primer día evacuaron a seis, y los ocho que quedaban salieron al día siguiente. Bravo permaneció en la cordillera con el segundo grupo.

“Llegó la noche y nos metimos todos en el avión, a contar chistes y a cantar ‘Si vas para Chile’, ‘El Corralero’y ‘Qué sabes de cordillera’. Nos preguntaban qué podían comer en Chile en ese tiempo, qué frutas había. Los compadres lloraban, estaban contentos”, recuerda el enfermero.

A la mañana siguiente, con un cielo despejado y sin viento, se completó la operación: “Cuando subimos al helicóptero nos abrazamos y lloramos al verlos llorar a ellos”, rememora Bravo.

Canales concluye: “Fue una misión de una envergadura terriblemente grande, quizás la única a ese nivel realizada en Chile”, un país que 38 años después sacó de las entrañas de la tierra a 33 mineros sepultados en otro accidente.