Actualmente en Chile más de la mitad de la población está confinada en cuarentenas debido a la pandemia, situaciones complejas para las cuales nadie está preparado y dejan en evidencia fortalezas y debilidades de cada persona.

En este contexto, bien vale recordar un experimento que en 1991 se llevó a cabo en Estados Unidos, en el cual ocho investigadores se enclaustraron por dos años en una estructura de cristal que recreó varios ecosistemas de la Tierra.

Aquel proyecto se denominó como Biosfera 2 y tenía de objetivo comprobar si, en el futuro, los seres humanos podían vivir en circunstancias extremas si se colonizaban otros planetas.

La idea era que estas ocho personas cultivaran sus vegetales, recolectaran granos de los campos y proteínas de los animales de la granja. Como era de esperarse, en ese entonces el programa llamó la atención mediática.

No obstante, al cabo de un tiempo se notó que el proyecto no prosperó. Las causas fueron varias: no se concretaron los cultivos, faltó la comida y el oxígeno se acabó.

Exterior de Biósfera 2 | Wikimedia Commons
Exterior de Biósfera 2 | Wikimedia Commons

El programa

Biosfera 2 fue concebido como una misión especial al interior de la Tierra. La cápsula principal fue creada por el ingeniero estadounidense John Polk Allen, hacia 1989.

En total fueron tres edificios. Uno de ellos era un domo de cristal, el segundo un área subterránea de tecnología y la última estructura estaba habilitada para el descanso de las personas. Todo esto estuvo instalado en las afuera de Oracle, en el desierto de Arizona en Estados Unidos.

En una altura de 28 metros, los creadores instalaron un bosque tropical, un desierto, una sabana africana, un manglar y un océano con arrecifes de coral. A eso se sumaban controladores de humedad y temperatura.

Por esos años, Allen indicó que: “El objetivo principal era determinar si una biosfera artificial podía funcionar, incrementando reservas de energía y biomasa, preservando un alto nivel de biodiversidad y biomas, estabilizando su agua, suelo y atmósfera”.

“Queríamos saber además si esta atmósfera podía proveer una vida creativa y saludable para humanos que trabajaron como naturalistas y científicos”, agregó.

Interior Biósfera 2 | Wikimedia Commons
Interior Biósfera 2 | Wikimedia Commons

Quienes ingresaron al lugar fueron Roy Walford, Taber MacCallum, Mark Nelson, Sally Silverstone, Silke Schneider (quien después sería sustituida por Abigail Alling), Mark Van Thillo, Jane Poynter y Linda Leigh. Quienes querían comprobar si el humano podía ir a otro planeta e instalar las condiciones de la Tierra.

“Era como crear una especie de Jardín del Edén en interiores”, dijo Linda Leigh a la BBC.

Los problemas

Sally Sylverstone, una de las integrantes, indicó al citado medio que muchos de los cultivos se perdieron, por lo que fue difícil depender de las agricultura en el lugar.

No obstante, detalló, uno de los pocos que se salvó fueron los de plátanos, los cuales sirvieron para realizar una serie de productos que ayudaron a la pequeña población.

“Tuvimos que tomar decisiones importantes, porque algunos cultivos se daban mucho mejor que otros. Así que terminábamos comiendo un mismo producto, como la remolacha, en forma de sopa o en forma de ensalada”, indicó.

Pero otro de los problemas que afectó a los investigadores en el tiempo fue la falta de oxígeno e incremento del dióxido de carbono, situaciones que comenzó a agobiar a muchas personas.

Interior de Biósfera 2
Interior de Biósfera 2

“Subía un par de escalones y ahí me detenía para volver a tomar aliento”, sostuvo Linda Leigh.

Con el paso de los días, expresaron las dos protagonistas, se dieron cuenta que todos los participantes habían perdido peso en exceso y la falta de oxígeno los tenía con riesgo de daños cerebrales.

Ya después se originaron las discusiones y conflictos entre las ocho personas, en un entorno donde de las crisis de pánico y angustia eran cosa de todos los días.

“Estar peleándonos, además, no ayudaba a que consiguiéramos el objetivo por el que nos habíamos encerrado aquí”,
sostuvo Sylverstone.

Fue así como, al cabo de un tiempo, la dirección de Space Biospheres Ventures indicó que el proyecto se suspendió de forma permanente, por lo que se introdujo comida y oxígeno al lugar.

Como era de esperarse, aquella iniciativa fue denominada como “un fracaso” por parte de la prensa de la época y, hasta el día de hoy, no se ha vuelto a repetir algo parecido.

Hay que señalar que, en la actualidad, el proyecto pertenece a la Universidad de Arizona, donde se realizan investigaciones sobre los ecosistemas del planeta.

Nunca más existieron confinamientos en el lugar, aunque sí es considerado como un notable centro de investigación.