Un consejo escolar de la provincia de Ontario ha destruido un total de 5.000 libros y cómics, algunos de ellos quemados y enterrados, por considerar que estos libros propagan estereotipos negativos sobre los aborígenes. Entre estos libros figuran álbumes de Astérix, Tintín, Pocahontas y novelas.

Una importante purga literaria tuvo lugar en las bibliotecas del Consejo Escolar Católico Providence, que incluye 30 escuelas de lengua francesa en el suroeste de Ontario, al destruirse casi 5.000 libros de las estanterías infantiles, informó este martes Radio-Canadá.

El objetivo anunciado es hacer un gesto hacia las comunidades aborígenes: “Es un gesto de reconciliación con las Primeras Naciones, y un gesto de apertura hacia las otras comunidades presentes en la escuela y en nuestra sociedad”, comentó Lyne Cossette, portavoz del Consejo Escolar Católico Providence.

“Purificación con llamas”

El asunto empezó en 2019, cuando se celebró una “ceremonia de purificación con llamas” en una de las escuelas de Providence. Los títulos prohibidos en las estanterías se quemaron y las cenizas se utilizaron como abono para plantar un árbol y convertir así lo negativo en positivo, consignó RFI.

“Enterramos las cenizas del racismo, la discriminación y los estereotipos con la esperanza de crecer en un país inclusivo en el que todos puedan vivir con prosperidad y seguridad”, explicó el Consejo Escolar en un video destinado a los alumnos.

Se iban a celebrar ceremonias similares en cada escuela, pero la pandemia las pospuso. La idea original de quemar todos los libros también se desechó por temor a crear una protesta de padres y profesores.

157 libros por escuela

Un documento de 165 páginas, que pudo consultar Radio-Canadá, detalla todos los títulos eliminados –cómics, novelas y enciclopedias– así como las razones aducidas.

Fueron retirados un total de 4.716 libros de las bibliotecas de 30 colegios, una media de 157 libros por colegio. Entre los títulos están álbumes de la serie Tintín, Lucky Luke y Astérix.

El uso de la palabra “indio” fue motivo de la retirada de muchos libros. Según el comité formado por el Consejo Escolar, dibujar a los aborígenes sin camiseta es una falsa representación de la realidad, así como la sexualización de las mujeres aborígenes en La gran travesía (Astérix) o Pocahontas.

Entre deseo de reconciliación y censura

El primer ministro de Quebec, François Legault, dijo que era “inaceptable” quemar libros, independientemente de su contenido. “Para mí, quemar libros es un acto atroz”, afirmó.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se mostró algo evasivo sobre la cuestión y señaló que, aunque personalmente nunca está de acuerdo con la quema de libros, no le corresponde a él ni a “las personas no aborígenes decir a los aborígenes cómo deben sentirse o cómo deben actuar para avanzar en la reconciliación”.

Entre los autores, algunos se dicen consternados y denuncian una censura, como el autor de cómics de Quebec, Marcel Levasseur, quien sintió tristeza e incomprensión al enterarse de que su personaje Laflèche había sido retirado de las bibliotecas escolares.

Para los detractores, se trata de un nuevo ejemplo del movimiento woke y de la “cultura de la cancelación”, es decir la práctica de denunciar y “borrar” una parte de la historia que ahora se considera inadmisible. Esta práctica, originaria de América del Norte, es a menudo criticada por ser percibida como una corrección política extrema.

La autora del video para los alumnos es Suzy Kies, copresidenta de la Comisión de Pueblos Aborígenes del Partido Liberal de Canadá desde 2016. Una “guardiana del conocimiento aborigen” que se presenta como una mujer aborigen urbana de ascendencia abenaki y montagnais, aun cuando según las investigaciones de Radio-Canadá, no tiene la condición de aborigen según la Ley, ya que no figura en los registros del consejo de la banda abenaki y no tiene antepasados aborígenes hasta al menos 1780.