Medios de Europa han dado cuenta de lo que ocurrió con un líder ortodoxo denominado como Patriarca Filaret, quien se contagió de la COVID-19 meses después de haber señalado a las personas homosexuales como culpables de la pandemia.

Filaret, de 91 años, es líder de la Iglesia Ortodoxa en Ucrania y dio positivo al examen PCR luego de presentar síntomas durante los últimos días y ser internado en un hospital en Kiev, debido a una fuerte neumonía.

La congregación informó que si bien su estado de salud es delicado, de momento se mantiene estable y fuera de riesgo vital.

“Informamos que, durante las pruebas realizadas, su santidad el patriarca Filaret de Keiv y toda Ucrania ha dado positivo por COVID-19. Ahora su santidad obispo está recibiendo tratamiento en un hospital”, indicaron en redes sociales.

Según detalló el diario inglés Mirror, el Patriarca Filaret no estaba gozando de popularidad en su país durante los últimos meses, luego que en una entrevista en televisión emitida en marzo indicara que el coronavirus era un castigo divino por la aprobación del matrimonio homosexual.

Patriarca Filaret

“Este es el castigo de Dios por los pecados de los hombres, la pecaminosidad de la humanidad”, expresó en ese momento. A lo que añadió segundos después: “Ante todo, me refiero al matrimonio entre personas del mismo sexo”.

Como era de esperarse, sus declaraciones fueron criticadas por miembros de la comunidad LBGT en el país oriental, quienes preveían un aumento de “delitos de odiosidad” en contra de las minoría sexuales.

Sin ir más lejos la representante de Amnistía Internacional en aquel país, Olena Shevchenko, indicó en una carta que las declaraciones del relogioso se daban en un contexto social “tenso”

“Nuestro objetivo es mostrar a la gente que ya no hay lugar para tales declaraciones por parte de los líderes religiosos de Ucrania”, indicó en ese momento.

Sin ir más lejos, la propia Organización Mundial de la Salud emitió un comunicado donde aclararon que el matrimonio igualitario no tenía ninguna relación con la propagación del virus, al mismo tiempo que llamaron a no difundir “información errónea sobre esta situación”.