Por estas horas, la historia de Carolann Christine Gann emociona a Estados Unidos, uno de los países más golpeados con la crisis sanitaria mundial del nuevo coronavirus.

Días atrás, Michelle Bennett había sido aislada de su madre, Carolann Christine Gann, quien contrajo el Covid-19 en complejas condiciones de salud que la llevaron a ser hospitalizada casi al borde del desahucio.

“No poder estar allí y tomar la mano de mi madre, frotarle la cabeza, decirle las cosas que quería decirle. Fue una sensación de impotencia”, comentó Bennett al canal CNN sobre la angustia que le generaba estar lejos de su progenitora.

“Puedo recordar los días en los que me sentía frustrada e impotente”, contó sobre la posibilidad de no alcanzar a despedirse de ella antes de su inminente fallecimiento.

Sin embargo, durante su reclusión, una llamada telefónica de una enfermera del hospital Swedish Issaquah de Washington la ayudó a concretar su última conversación.

“Voy a ponerle el teléfono en la cara para que puedas decirle que la amas y decirle adiós”, le comentó la profesional al otro lado del auricular, desde el hospital donde se encontraba su madre.

“Ella no estará sola, nos quedaremos con ella hasta el final”, señaló, según el relato de Bennett.

Así, mediante videollamada, la mujer pudo comunicarse con Carolann por última vez y mediante el smartphone personal de la enfermera.

“Te amo mucho… Te perdono mamá, te amo. Sé que no tuve la oportunidad de decirlo”, dijo la hija, cuyas últimas palabras fueron: “Mamá, está bien irse. Está bien irse ahora” .

Alrededor de una hora después, Carolann Christine Gann murió a causa del Covid-19.

Tras el gesto de la enfermera, Bennett valoró mucho más la labor del personal médico que por estos días enfrenta la pandemia del nuevo coronavirus.

“Sé lo difícil que es para ellos… No puedo imaginar estar en la primera línea de esto y tener que ir a casa todos los días y correr el riesgo de contraer la infección“, dijo.

Sobre su enfermera “protectora”, la estadounidense se deshizo en elogios: “Sentir la compasión y la empatía de estar allí en ese momento como si fuera su propia madre, es una de las cosas más increíbles que he experimentado”, señaló.