La policía del distrito de Gangseo, en la capital de Corea del Sur, inició una investigación contra un médico y una enfermera, luego de descubrirse que en una clínica practicaron un aborto a una embarazada que había asistido por una inyección nutricional.

El hecho ocurrió el pasado 7 de agosto, luego que una mujer que estaba embarazada de seis semanas acudiera a un recinto médico del mencionado distrito por una medicina de rutina. No obstante, todo salió mal en el lugar.

Resulta que la enfermera habría confundido su caso clínico con el de otra mujer que sí acudiría por la irrupción de un embarazo riesgoso. En concreto, se realizó el procedimiento a la persona equivocada y la clínica quedó en entredicho.

Según detalló CNN, la profesional habría inyectado una anestesia general a la mujer, sin antes confirmar sus datos personales o revisar su ficha clínica.

Por su parte, el médico realizó el procedimiento a la mujer. En ese momento tampoco verificó los datos de la paciente o revisó su identidad.

Wikimedia Commons | Imagen referencial
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Por este motivo ambos fueron removidos temporalmente de sus cargos desde la clínica de Gangseo. Por el momento se inició una investigación interna para verificar responsabilidades, aunque lo más probable es que ambos sean despedidos.

Por otro lado, se espera que en los próximos días los antecedentes del caso sean puestos en manos de la Fiscalía en Seúl, para iniciar una investigación penal, debido a que el aborto en ese país no esta legalizado.

Cabe señalar que el tema del aborto en Corea del Sur es muy similar a lo que ocurre en Chile. En aquel país de Asia su práctica es ilegal y puede ser penada con hasta un año de cárcel, tanto para la mujer que se somete como los especialistas que lo ejecutan.

Hasta el momento, la Ley de Aborto de ese país estipula tres causales para que se lleve a cabo la interrupción del embarazo: por enfermedades hereditarias presentes, violación o incesto de la madre o riesgo mortal para la mujer.

Por el momento, el poder legislativo coreano se abrió a la posibilidad de discutir una posible legalización de la práctica a fines de 2020. Esto se basa en que, según el Instituto Coreano de Salud y Asuntos Sociales, entre 2017 y 2018 se realizaron 50.000 abortos en el país, bajo las tres causales e ilegales.