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Publicado por Pablo Cabeza | 24 marzo, 2019 a las 19:00 Visitas:
Un calvario
Sergey Malinka, el primer sospechoso en caso Maddie McCann y que asegura que le arruinaron la vida
Captura de YouTube – AFP
Publicado por Pablo Cabeza
24 marzo, 2019 a las 19:00 Visitas:

La noche del 3 de mayo de 2007, Kate y Gerry McCann acostaron a sus hijos en el departamento que arrendaban en Praia da Luz, durante sus vacaciones en Portugal, y salieron a comer con sus amigos a unos cuantos metros de distancia.

La idea de los adultos era turnarse cada 30 minutos para ir a ver el estado de los menores, y fue en una de estas visitas realizadas por Kate, que comenzó una pesadilla que aún no termina.

Esa noche desapareció Madeleine McCann, y desde entonces sus padres no han parado de buscarla, con el apoyo de la policía británica. Recientemente, a más de una década de esa fatídica jornada, se estrenó un documental de Netflix basado en el caso y, por ende, han reflotado varias teorías y detalles inéditos de la desaparición de la pequeña Maddie cuando tenía apenas 3 años.

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En este contexto es que los primeros sospechosos del aparente secuestro de la niña, fueron Robert Murat, un asesor de propiedades y Sergey Malinka, quien trabajaba para Murat desarrollando un sitio web.

¿Cómo se volvieron sospechosos? Resulta que durante las primeras indagaciones, una amiga de la familia, Jane Tanner, aseguró que vio a un hombre con un niño dormido en brazos caminando en dirección a la casa de Robert Murat, quien vivía cerca del hotel.

Asimismo, antes de ser considerado sospechoso y al enterarse de la desaparición de Maddie, Murat se ofreció como intérprete pues hablaba perfectamente inglés y portugués. Más tarde, su ofrecimiento levantaría más sospechas.

Comienza el calvario

De acuerdo al portal Oxygen, 12 días después de la desaparición de Madeleine, Murat fue considerado oficialmente sospechoso y allanaron su casa. En ese operativo se dieron cuenta de su conexión con Sergey Malinka.

Recuerdo que cuando me enteré de que Robert había sido entrevistado por la policía, yo estaba como ‘Guau, este es el tipo para el que estoy haciendo un sitio web’. Para mí, solo era un tipo normal que vivía con su madre“, señala Malinka en el documental en cuestión.

En el mismo relato, el hombre cuenta que en ese entonces tenía 22 años y su propia empresa de computación. Murat lo había contratado para que le creara un sitio web de propiedades. “Realmente no conozco el aspecto personal de los clientes, pues tenemos una relación estrictamente laboral con el cliente“, señaló el joven de origen ruso en su momento a un reportero de Sky News.

Captura | YouTube

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Al ser vinculado al caso, Malinka acusó haber sido llevado a la fuerza a un automóvil sin patente, en el que lo interrogaron duramente, además de allanar su departamento y llevarse todos los computadores con los que trabajaba.

En el análisis de lo confiscado, la policía no encontró más vinculación con Murat que el trabajo del sitio web, sin embargo, una llamada perdida realizada por Murat a Malinka en el momento de la desaparición de Madeleine, hizo que los investigadores se preguntaran el motivo de ésta. Ni Murat ni Malinka pudieron recordar aquella llamada telefónica; y ambos aseguraron que probablemente se debía a una marcación accidental del empresario.

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Cabe señalar que pese a toda esta investigación, Sergey nunca fue considerado sospechoso oficialmente, pero algunas diligencias de la policía se filtraron a la prensa y el juicio público no tardó en llegar.

Resulta que durante la examinación de los computadores encontraron material pornográfico, sin embargo, Malinka aseguró que no solo se llevaron sus equipos o discos duros, ya que también tenía computadores de clientes. “Dijeron que encontraron pornografía allí. Muéstrame una computadora en el mundo que no tenga una ‘cookie’ o algo de un sitio de pornografía. No estoy diciendo que la tuviera o no, sino que deberían haber definido cuál de todos los computadores tenía ese material para transparentar todo“, aseguró.

Tras esta vinculación, la prensa se apresuró a especular sin fundamento alguno sobre sus inclinaciones pervertidas y hasta algunos aseguraron que tenía antecedentes de abuso infantil y conexión con la mafia rusa.

Era casi imposible vivir una vida normal después de que la policía me entrevistara porque a lugar que iba me seguían o miraban raro. Me han llamado pedófilo, me han llamado depredador sexual, mafioso ruso, traficante de personas. Yo realmente estaba fuera de lugar“, señaló.

Prueba de que el acoso se extendió por varios meses, es que en marzo de 2008 su auto fue destruido y garabateado con frases que le exigían “contar la verdad”, según informó al medio inglés The Evening Standard.

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Pensaron que estaba escondiendo algo. Sé que era solo un auto y quizá no significa mucho, pero para un joven de 22 años que siempre soñó con él, y que era como una meta cumplida, era mucho. Esa llamada telefónica perdida casi arruinó mi vida por una década. Eso es lo que realmente provocó en mí este caso. Realmente me dolió“, confesó.

Investigaciones privadas sin éxito

En el mismo documental, Murat explicó que fue entrevistado en privado por Brian Kennedy, un multimillonario que se interesó de manera independiente en el caso.

Kennedy contrató un investigador privado, Julián Peribañez, para examinar el auto de Murat y la vida de Malinka, con el objetivo de encontrar más pistas.

Mi primera experiencia de vigilancia privada fue cuando vi los mismos autos por el espejo retrovisor. Hice una lista de las patentes y descubrí que efectivamente eran siempre los mismos autos que me seguían”, recordó Malinka.

Tanto Kennedy como sus investigadores le ofrecieron dinero al joven para que entregara más información, pero él se negó reiteradamente indicando que no tenía nada que decir a cambio.

Hicimos una investigación exhaustiva sobre él, pero cuanto más lo investigamos, más nos dábamos cuenta que no estaba involucrado“, dijo Peribañez. “Ni Malinka ni Murat creo que tengan que ver con la desaparición de Madddie. Cero“, agregó.

Escribir un libro: una forma de sanar que no llegó a puerto

Sergey quiso escribir un libro para relatar todas sus experiencias en este caso. Para eso creó una iniciativa para recaudar dinero, sin embargo, el proyecto fue cancelado en diciembre de 2017 por razones desconocidas.

Nunca podría haber imaginado que algo tan simple como una llamada perdida podría tener un impacto tan profundo en tantas vidas. Que el precio por los errores de otros pueda ser tan alto. Cualquiera podría estar en mi lugar, pero esta historia es sobre mí. Estoy escribiendo estas palabras para describir lo que he pasado, para limpiar mi nombre con la esperanza de que mi historia puede llegar a la conciencia de otros. Tengo fe en que la decencia y el entendimiento todavía existen bajo los estratos de la agenda personal y la codicia que han tapado los últimos años”, escribió Malinka en la descripción del libro que hasta la fecha no se ha publicado.

En un video de noviembre de 2017 también explica las motivaciones detrás de este proyecto, asegurando que el impulso central para la creación del libro fue el futuro nacimiento de su hijo, pero desde entonces no existen mayores antecedentes sobre qué pasó finalmente con esta idea.

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