Tailandia dio la bienvenida al primer grupo de turistas en siete meses, como parte de un experimento para probar si es posible una apertura más amplia.

Un avión de 39 turistas chinos llegó al aeropuerto Suvarnabhumi de Bagkok el martes por la noche desde Shanghái y fue recibido por el personal, que llevaba trajes de protección completa.

Los visitantes se sometieron a controles de salud y su equipaje fue desinfectado. Luego se pusieron trajes de protección y fueron trasladados al lugar donde cumplirán una cuarentena de dos semanas.

“Es una señal bienvenida que los extranjeros confíen en nuestras medidas de seguridad”, dijo el ministro de Salud, Anutin Charnvirakul, en un comunicado.

“Ordené a los funcionarios que cuidaran bien a los turistas, porque si están a salvo, los tailandeses también lo están”, añadió.

La pandemia ha puesto de rodillas a la economía de este país del sudeste asiático, y se espera que ocho millones de personas pierdan sus empleos este año.

Muchas de esas pérdidas se producirán en el sector turístico, en un país que registró 40 millones de llegadas internacionales en 2019.

Los turistas se acogieron a un plan especial de visados, con 1.200 plazas disponibles, y que permiten quedarse hasta nueve meses.