“Ya, yo llamo” es una frase muy cotidiana en el lenguaje chileno. Se usa en caso de que alguien te pida contactar a un tercero. Pero más allá de esas tres palabras, centrémonos en el cómo se pronuncian, cómo suenan, cómo es que salen de nuestra boca… ¿lo hacen de forma correcta?

Históricamente, y en teoría, la ‘Y’ (y griega de ya, yo) y la ‘LL’ (doble ele de llamo), deberían sonar distintas. Aunque es muy probable que al momento de decir “Ya, yo llamo”, tanto la ‘y’ como la ‘ll’ hayan sonado igual.

Esto ocurre en gran parte de los países latinoamericanos con habla española e, incluso, en España, donde se originó la lengua.

La ‘Y’ es un fonema palatal -del paladar- que se origina cuando el aire sale a través de la zona central de la lengua, contrario a lo que se produce con la ‘LL’, que también es sonido palatal, aunque el aire sale a través de los costados. A esto se le llama sonido palatal lateral.

“La LL se pronuncia como un fonema palatal lateral: la lengua se coloca en el paladar obstruyendo parcialmente la salida del aire en la pronunciación; de esta manera, cuando hablamos, el aire sale por los laterales de la lengua (…) Con la Y, la diferencia es que el aire, en vez de salir por los laterales, lo hace por la zona central de la lengua”, explicó la doctora del Departamento de Lengua Española de la Literatura de la Universidad de Sevilla, Blanca Garrido, al portal del medio británico BBC.

Mimzy | Pixabay

Según detalló, originalmente la ‘LL’ se pronunciaría como ‘Li’, aunque sonaría bastante extraño, ¿no?

Esa sería la razón por la que la Real Academia Española definió que “debe evitarse la pronunciación de ll como /li/ ([kabálio] por caballo), con la que algunos hablantes yeístas —aquellos que espontáneamente pronuncian la ll como si fuera una y— tratan de diferenciar, artificialmente, la pronunciación de ambas letras”.

El yeísmo

En esta discusión existen dos corrientes: la yeísta (pronunciar la ‘LL’ como ‘Y’) y la lleísta (pronunciar la ‘Y’ como ‘LL’). Y sin duda, el ganador histórico es el yeísmo.

Se cree que esta suerte de “batalla” comenzó en la Edad Media. Pero conforme pasó el tiempo, el triunfo del yeísmo se explicó, según la experta, porque es bastante lógico que dos sonidos que suenen similar se fundan en el que resulta más fácil de pronunciar.

Garrido añadió que hay zonas de España y en Latinoamérica -como el norte y sur de Chile, Perú, Bolivia y Paraguay- en los que se sigue distinguiendo, naturalmente, la ‘Y’ de la ‘LL’.

Madrid, capital de España | Pixabay

De todas formas, se cree que “lo del yeísmo es irreversible” y que, conforme pasen los años y las costumbres lingüísticas, la ‘LL’ continuará perdiendo su pronunciación original.

“En lingüística no podemos hacer afirmaciones rotundas ni predicciones cien por cien seguras, sí podemos decir que la pronunciación palatal lateral (la de la ‘LL’) está en claro retroceso”, afirmó.

Si bien hablar indistintamente con la ‘Y’ y la ‘LL’ puede producir confusiones -sobre todo en aquellos que recién están aprendiendo español- en palabras como halla (de hallar, encontrar) y haya (de haber), en la práctica no hay diferencia significativa.

Y es que si decimos “él halla siempre una excusa” y “quizá haya pan”, ambas palabras se entienden perfecto según su contexto.

Otros ejercicios para entender el yeísmo son:

1. El caballo ya había sufrido un accidente en la calle de Sevilla.

2. Nos subimos al yate cuando llovía.


3. Ya no hay manera de hallar la llave.


4. Llámame cuando yo te lo pida.