Un académico inglés, vinculado a la revista Technology Review del Massachusetts Institute of Technology (MIT), publicó un artículo en el que analiza cómo el coronavirus podría cambiar las relaciones sociales en la humanidad, tomando en cuenta factores como las medidas para evitarlo y futuras prácticas.

El analista es Gideon Lichfield, editor de la revista, quien tomó como modelo un estudio publicado por la universidad Imperial College de Londres, el cual sostuvo que se deberán interponer medidas más extremas a medida que aumenten los casos de Covid-19 en el mundo.

A su vez, los expertos asumen que estas recién podrían suavizarse “cuando se reduzca la cantidad de personas ingresadas”.

“Aceptémoslo, el estilo de vida que conocíamos no va a volver nunca (…) Habrá que reducir el contacto fuera del hogar, en la escuela o en el lugar de trabajo en un 75%”, sostuvo como premisa.

“Según este modelo, los investigadores concluyen que el distanciamiento social debería producirse aproximadamente dos tercios del tiempo, es decir, dos meses sí y uno no, hasta que haya una vacuna disponible, algo que no se espera como mínimo hasta dentro de 18 meses”, agregó.

Archivo | Agencia UNO
Archivo | Agencia UNO

Para Lichfield, la crisis del coronavirus dejará un efecto en las personas que podría ser a perpetuidad, el cual llevaría a replantear muchas conductas humanas y económicas.

Entre ellas, los trabajos que funcionan con muchas personas podrían verse perjudicados. “Entre estos están restaurantes, gimnasios, centros comerciales, hoteles, cines, museos, aerolíneas y escuelas privadas”, indicó.

Asimismo, “los padres deberán tener claro que tendrán que educar a sus hijos desde la casa en más ocasiones” y quienes cuidan de personas mayores deberán “tomar más medidas preventivas”.

Por otro lado, los empleos de delivery podría tener un aumento significativo, en lo que se denomina “una explosión de nuevos servicios en lo que ya se ha denominado como la ‘economía confinada”.

Rappi
Rappi

En conclusión, Lichfield asume que la humanidad deberá acostumbrarse a nuevas relaciones sociales, las cuales incluyen mucho más “pensar antes de actuar”.

“Todos tendremos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos. Pero como con todo cambio, habrá algunos que perderán más que la mayoría, y probablemente serán los que ya han perdido demasiado”, explicó.

Por lo pronto, para el autor, las personas deberán aprender a notar qué personas son seguras en su entorno y quienes no.

“Recuperaremos la capacidad de socializar de manera segura gracias al desarrollo de formas más sofisticadas de identificar quién representa un riesgo y quién no, y discriminando, legalmente, a los primeros”, concluyó.