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Una revista científica dio a conocer el caso de una niña brasileña de 10 años que se contagió de una infección en los pies por jugar y caminar descalza en una pocilga. La menor de edad fue atacada por “pulgas parasitarias” en el lugar y las heridas se extendieron por tres semanas.

La investigación fue desarrollada por el New England Journal of Medicine, cuyos expertos entrevistaron a la familia de la niña, quienes viajaron a una zona rural cercana a Río de Janeiro.

En concreto, la pequeña se contagió de una enfermedad conocida como Tungiasis, la cual es generada por el mencionado parásito cuando se introduce en la piel de la persona. Su nombre científico es “Tunga penetrans”.

Aquellas pulgas son nativas de zonas en Centro y Sur América, donde las temperaturas sobrepasan fácilmente los 30 grados. A esto se suma que su desarrollo se encuentra en lugares donde escasea la higiene.

En el documento se cita información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual indica que el parásito suele introducirse en la piel a través de las plantas de los pies, dedos y talones.

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Daily Mail
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Luego de ingresar al organismo, la pulga succiona sangre humana para luego poner sus huevos, los cuales acumula en la superficie de la piel. El parásito es capaz de poner hasta 100 huevos al día.

No obstante, lo peor viene cuando estos microorganismo toman contacto con bacterias que están presentes en la piel, creándose abscesos y pus en las zonas infectadas, como en el caso de la niña.

La OMS agregó en el informe que la pulga muere luego de tres semanas de desarrollo, por lo que, a priori, no se necesita medicación para tratar esta enfermedad.

No obstante, en zonas pobres del mundo existe una tasa del 90% de reinfecciones por el microorganismo, por lo que en esos casos es importante tratar las heridas con antibióticos para evitar la infección posterior.

Si bien no existe un censo de esta enfermedad, se estima que 20 millones de personas están en riesgo de padecerla en Sudamérica y el Caribe.