Los rayos de sol iluminaron en la madrugada del viernes la estatua del faraón Ramsés II en Abu Simbel, en el sur de Egipto, un fenómeno que solo se produce dos veces al año y que es muy esperado por los turistas.
Los dos templos de Abu Simbel, tallados en la roca sobre una colina que domina el Nilo, se sitúan a 200 km al sur de Asuán. Dedicados a Osiris e Isis, fueron construidos por uno de los faraones más conocidos, Ramsés II, que gobernó en Egipto entre 1279 y 1213 a. C.
Cada año, el 22 de febrero y el 22 de octubre, rayos de sol penetran en la oscura cámara del Gran Templo de Ramsés II e iluminan la estatua del faraón.
Los historiadores piensan que el alineamiento solar del templo, de 3.000 años de antigüedad, marcaba el nacimiento y la coronación del faraón.
Varios visitantes, entre ellos responsables egipcios y un grupo de embajadores africanos, pudieron contemplar la estatua de Ramsés II iluminada en la madrugada, según un comunicado del ministerio de Turismo.
Abu Simbel es uno de los tesoros de la antigua Nubia, cuyas fronteras se extendían a lo largo del Nilo, y se encontraba a caballo entre los actuales Egipto y Sudán.