Una insólita alternativa creó la joyería suiza Algordanza para quienes sufren la muerte de un ser querido y quieren conservar sus restos.

Tal como explica en su sitio, la marca ofrece a las familias crear una joya a partir de las cenizas del fallecido, luego de que el cuerpo sea cremado.

Algordanza
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Para elaborarla, la compañía europea ofrece tres alternativas. Una de ellas, es elaborarla a partir del carbono generado por los restos incinerados de la persona. Algordanza detalla que se necesitan al menos 500 gramos de cenizas para crear uno o más diamantes.

La segunda alternativa, es crear este artículo a partir de carbono extraído del cabello del fallecido, para ello, necesitan 5 gramos de pelo. La marca suiza señala que ofrece esta opción para quienes no aceptan la cremación en su cultura.

Finalmente, la última opción es extraer el carbono de objetos personales de valor de la persona: cartas personales, diarios o imágenes, que están en conexión directa con el fallecido, detalla el sitio.

Los diamantes tienen un valor a partir de los 2 millones y medio de pesos, dependiendo del peso y la forma.

Algordanza
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De cenizas a diamante

Según la página, cada uno de estos diamantes está compuesto de 99,9% de carbono. “Los diamantes son creados de forma natural bajo una gran presión y un calor enorme en las entrañas de la tierra. Para crear un diamante a partir de restos humanos o pelos tenemos que simular las mismas condiciones. Para esto necesitamos aislar el carbono de los restos incinerados, transformarlo en grafito y, finalmente, convertirlo en un diamante conmemorativo“, explica la página.

De la misma forma, detalla que el cuerpo de un ser humano tiene un 25% de carbono, el que se escapa en su mayoría como dióxido de carbono gaseoso durante la cremación. No obstante, en las cenizas aún queda. En tanto, explican que la mitad del cabello está compuesto de carbono.

En primer lugar, este compuesto pasa por un proceso químico. “Los componentes oxidados y posiblemente metálicos de los restos cremados se eliminan químicamente y el residuo indisoluble con alto contenido de carbono se aísla mediante filtración”, explica.

Después, viene el proceso de grafitización que se logra calentando el carbono de 2.500 a 2.700 °C en vacío, purificando totalmente el material. Luego, se aísla, simulando el crecimiento natural del diamante.

Después se extrae la piedra, se pule hasta llegar a su centro, en donde está el diamante y finalmente se pule y entrega al cliente.

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