Pesó lo mismo que una lata de bebida. Así de complicado era el escenario para el británico Theo Taylor cuando nació en marzo pasado. Los médicos a cargo del pequeño no entregaban panoramas alentadores, pero pese a todo, logró sobrevivir.

Llegó al mundo cuando su madre, Katie Rodes (24), recién cumplía 26 semanas y cinco días de embarazo. Pesó 12 onzas (340 gramos). Su caso se había convertido en uno de los más emotivos, pues con esa cifra se convertía en el niño más pequeño de todo el Reino Unido.

Los padres habían notado que algo no andaba bien cuando Katie se realizó una ecografía en la semana 19, En ese momento les informaron que Theo era mucho más pequeño de lo esperado, y que su futuro era incierto.

Según consigna el portal británico Daily Mail, antes de que naciera el 15 de marzo, los especialistas les habían ofrecido poner término al embarazo debido a los riesgos implicados.

No obstante, ellos decidieron continuar. Aún cuando los expertos les advertían que podía perder la vida en cualquier minuto, incluso antes de que le dieran el alta para irse a su hogar.

“Nunca había visto un bebé tan pequeño. No sabía que los bebés podían ser tan pequeños”, dijo el padre Jay Taylor al medio citado.

“El doctor dijo que tenía más o menos el peso de una lata de Coca Cola, pero incluso cuando cogí una lata, me pareció más pesada que Theo”, continuó.

El menor estuvo conectado a ventiladores durante varias semanas, mientras los jóvenes padres sólo podían tocar sus manos. No obstante, todo valió la pena.

Luego de casi cuatro meses, Theo logró ir a su casa con un peso superior a los tres kilos.

Su padre aseguró que su hijo “está probando que todos están equivocados” pues, según aseveró, “los médicos que lo cuidaron por primera vez vinieron después de semanas a verlo, y no podían creer lo bien que lo estaba haciendo”.

Puedes ver el increíble cambio del pequeño a continuación: