Uno de los momentos que más llamó la atención del final de la teleserie nocturna Perdona Nuestros Pecados fue la muerte del villano Armando Quiroga, sentado frente al pelotón de fusilamiento, sin sus ojos vendados e insultando al sacerdote que le iba a dar la última bendición.

Más allá de algunos detalles históricos imprecisos, esta era la forma como se ejecutaba la pena de muerte en Chile aquellos años, la cual fue derogada en 2001 por la Ley Nº 19.734. Los últimos condenados fueron los excarabineros Jorge Sagredo y Alberto Topp Collins, hace 33 años.

La muerte de Quiroga hace recordar, a los amantes de la historia, cómo fue el ajusticiamiento de un famoso criminal de Valparaíso, a comienzos del siglo XX (1907), quien se hacía llamar Émile Dubois.

Según el sitio Memoria Chilena, este hombre llegó a ser conocido en el puerto principal como el “Robin Hood de Valparaíso”, puesto que sus víctimas en Chile fueron solamente señores de alta sociedad, entre los que destacaban empresarios de origen europeo.

Emile Dubois | Memoria Chilena
Emile Dubois | Memoria Chilena

Estos fueron los comerciantes Ernesto Lafontaine, de origen francés y primer alcalde de Providencia; Gustavo Titius, empresario alemán; Isidoro Challe, comerciante francés; y Reinaldo Tillmanns, comerciante alemán.

Sobre estos cuatro asesinatos, Dubois explicó que fueron “actos de justicia del proletariado contra la burguesía”, no obstante, ninguna de las 4 víctimas tenía antecedentes por delitos de estafa o cohecho.

Lo cierto es que el hombre fue condenado a la pena de muerte por estos crímenes. Se dice que una vez sentado frente al pelotón de fusilamiento no quiso que el oficial le vendara los ojos, pronunció un solemne discurso y ordenó a los funcionarios que dispararan.

La figura de este criminal obtuvo cierto valor de “justiciero” para las personas que vivían en Valparaíso. A esto se sumaba que su imagen generaba cierta atracción: un hombre de baja estatura, formal, de buen hablar, amables modales y correcto caminar.

Animita Emile Dubois | Digital Journal
Animita Emile Dubois | Digital Journal

Actualmente, el hombre es objeto de culto entre los “porteños”, ya que en Valparaíso fue instalada una animita donde las personas realizan mandas y además agradecen por los favores concedidos.

Sobre su vida se han escrito cuatro libros. Dos de ellos son novelas de ficción: Todas esas muertes (1971) y La vida privada de Émile Dubois (2004). Los demás son biográficos: Émile Dubois. Relación verídica de sus crímenes y aventuras de Inocencio del Campo y La verdadera historia de Dubois: las memorias del célebre criminal.

Los inicios de un célebre asesino

Nació en 1867 como Louis Amadeo Brihier Lacroix en la ciudad francesa de Étaples. Sus padres fueron Joseph Brihier y Marie Lacroix, no se tiene registro de hermanos y otros parientes cercanos.

Un artículo del medio estadounidense Digital Journal indica que habría dejado Europa poco antes de cumplir los 20 años. El único oficio que desarrolló en Francia fue trabajando en una mina de la ciudad de Courrieres para luego trasladarse a Barcelona (España) a desempeñarse como actor.

Venezuela fue el país al que Brihier Lacroix llegó en América del Sur, allí trabajó como artista de zarzuela. Posteriormente fue parte de movimientos revolucionarios en Colombia y Ecuador, aunque en ninguno de ellos tuvo mayor éxito.

Llegó a Valparaíso en 1903, en esos tiempos se vivía una especie de “boom económico” en el puerto, razón por la cual muchos extranjeros provenientes de Europa desembarcaban en la zona para iniciar nuevos negocios.

Un artículo de El Mercurio de Valparaíso, aparecido en 1906 a raíz de su detención, lo describe como un hombre que llamaba la atención de las personas por sus características físicas y personalidad.

Emile Dubois | Wikipedia Commons
Emile Dubois | Wikipedia Commons

“De estatura mediana y contextura bien organizada. Bigote y perilla rubia y peinada hacia atrás. Su mirada y frente denotan altivez y audacia (…) pedía dinero prestado, valiéndose de mentiras más o menos hábiles a muchas personas, y había adquirido entre no pocos la fama de petardista (tramposo)”, describieron.

Según la información de Memoria Chilena, el intrépido francés utilizó los alias de Emilio Morales, Émile Murraley, y el propio Émile Dubois. Además se valió de su nacionalidad europea para acercarse a la alta sociedad de la época.

Se dice que Dubois se sintió muy atraído por Valparaíso en el momento de llegar a Chile. En la ciudad vivían muchos inmigrantes europeos que instalaron negocios de venta de productos importados. En aquellos años, el puerto comenzaba a denominarse como “La Perla del Pacífico”.

Una vez asentado en la ciudad, este francés comenzó a sentirse atraído por los lujos y la buena vida, por lo que quiso entablar relaciones estrechas con personas que conformaban la alta sociedad de la época.

Sin embargo, su objetivo no era hacer negocios ni integrarse a sus compañías, quería impresionarlos con su elegancia europea para posteriormente embaucarlos y robarles dinero. Esta táctica no siempre funcionaba.

Los crímenes de cuatro hombres de sociedad

Una nota publicada por El Mercurio de Valparaíso describe que Émile nunca se declaró culpable por los crímenes de los que fue acusado cuando estuvo residiendo en Valparaíso. Siempre indicó que “se trataron de hechos justicieros contra la alta sociedad”.

Otra situación que generaba sospechas hacia su figura era el hecho que traía documentos en los cuáles indicaba que era colombiano con antepasados franceses y también poseía pasaporte de su país de origen.

Cuatro fueron los hombres a los que Dubios asesinó. Tres delitos se produjeron en Valparaíso y uno en Santiago. Las víctimas fueron Ernesto Lafontaine, Gustavo Titius, Isidoro Challe y Reinaldo Tillmanns.

Fusilamiento Emile Dubois | Wikipedia Commons
Fusilamiento Emile Dubois | Wikipedia Commons

El asesinato de Lafontaine ocurrió en su oficina particular ubicada en calle Huérfanos de Santiago. El hombre fue encontrado por el regidor Román Díaz, quien indicó que su cuerpo daba señales de haber sido “mutilado a golpes”.

La policía de la época consignó que desde la casa del contador habían desaparecido un reloj de oro, las llaves de la caja fuerte y dinero en efectivo. A esto se agregó que Dubois rompió todos los muebles que había en el inmueble.

El 4 de septiembre de 1905, el delincuente habría asesinado al comerciante de origen alemán Reinaldo Tillmanns, a quien golpeó hasta la muerte en la bóveda de su almacén de importaciones en Valparaíso.

En ese momento, se dispuso a retirar dinero en efectivo y algunos posesiones de Tillmanns, aunque la policía nunca detalló en cuanto estuvo avaluado el robo del almacén.

Luego, un 14 de octubre de 1905, fue asesinado el acaudalado empresario y comerciante alemán Gustavo Titius. Se dice que Émile ingresó al hogar del hombre en Valparaíso, donde saqueó sus pertenencias más preciadas.

Esta vez, aparentemente para no dejar huellas de sus actos, el criminal no destrozó ninguno de los muebles del hogar.

Fusilamiento Emile Dubois | Wikipedia Commons
Fusilamiento Emile Dubois | Wikipedia Commons

El próximo golpe que dio Dubois fue agredir mediante puñaladas al comerciante de origen francés Isidoro Challe, a quien atacó en la puerta de su vivienda ubicada en el pasaje Ludford de Valparaíso.

Challe fue trasladado al hospital de la ciudad luego que se descubriera su cuerpo tendido en la calle, aunque no se pudo recuperar de las heridas y falleció horas más tarde.

La caída del enigmático criminal

El último intento de robo que trató de dar el francés fue contra el dentista estadounidense Charles Davies, quien vio como el sujeto intentaba ingresar de forma ilícita a su lugar de trabajo, la noche del 2 de junio de 1906.

Luego de increparse e insultarse mutuamente, Émile dio un golpe con un garrote a Davies, a la salida de su consulta; sin embargo, el profesional resistió el embate y lo salió persiguiendo por las calles.

Junto con perseguirlo, el dentista dio severos gritos pidiendo auxilio a los demás vecinos del puerto, quienes conformaron una turba que fue en busca del asaltante, quien huía por el centro de la ciudad.

Finalmente, fue capturado por la policía mientras corría por la calle Errázuriz. Tras ese acontecimiento fue puesto en prisión.

Fusilamiento Emile Dubois | Wikipedia Commons
Fusilamiento Emile Dubois | Wikipedia Commons

El hecho que definió el destino de Émile Dubois fue que la policía encontró en su hogar un reloj de oro que era pertenencia de Ernesto Lafontaine, por lo que se le relacionó inmediatamente con el asesinato del empresario en la capital.

Con este antecedente fue condenado a morir fusilado en Valparaíso.

Una nota que recuerda el fusilamiento del hombre, escrita por El Mercurio de Valparaíso, recuerda que la cárcel de dicha ciudad se derrumbó con el terremoto de 1906. En ese momento los internos escaparon del penal, exceptuando a Dubois.

En aquel instante expresó: “Sólo los culpables escapan, y yo no soy culpable de nada”.

El fusilamiento se programó para el 26 de marzo de 1907, pero un día antes de que éste se llevara a cabo fue entrevistado para un medio llamado La Nación, el cual era de la ciudad de Buenos Aires (Argentina). Ante los periodistas declaró sentirse un hombre de honor, y que aceptaría su destino como un “caballero”.

“El deber de contar todo, es muy natural, hoy es lo más interesante. El valor lo demostraré más tarde, aún estoy en mi celda; cuando esté ante la boca de los rifles, entonces estaré valiente, aquí todavía no hay peligro, aquí estoy tranquilo. En mi vida he sentido el silbido de las balas muchas veces, hoy sentiré su efecto”, declaró en la oportunidad.

Recorte El Mercurio Valparaíso
Recorte El Mercurio Valparaíso

De acuerdo al Instituto de Investigación y Estudios Exobiológicos, otro hecho que llevó a cabo horas antes de morir fue contraer matrimonio con su amante Úrsula Morales, en aquel acto también conoció al hijo que ambos tuvieron en común. Se dice que pasaron todo ese día juntos.

Fue llevado ante el pelotón cerca de las 06:00 de la madrugada, con la expectación de la prensa, los otros presos y los vecinos de Valparaíso. Ante el capitán encargado del acto declinó que le vendaran los ojos y que le dieran una bendición católica.

Luego pronunció el siguiente discurso: “Se necesitaba de un hombre que respondiese de los crímenes que se cometieron y ese hombre he sido yo. Muero, pues, inocente por no haber cometido yo esos crímenes, sino porque esos crímenes se cometieron. Ejecutad”.

Sus restos fueron enterrados en la fosa común del cementerio de Playa Ancha, dado que las autoridades lo habían declarado como indigente.

Se puede decir que hoy en día Émile Dubois es objeto de culto por algunos vecinos del “puerto principal”, quienes año a año visitan su animita ubicada en la ciudad.