Alejandro, oriundo de Chillán, ha tenido los mejores días de su vida. El pasado 3 de julio lo despidieron del trabajo y, dos días más tarde, se enteró de que era el flamante ganador de más de mil millones de pesos en un juego de azar.

A sus 52 años (recién cumplidos), trabajaba en dos lugares: retiraba decodificadores en una empresa de televisión por cable y repartía sushi. Eso hasta que, en la empresa de comunicaciones, decidieron que ya no necesitaban sus servicios.

Alejandro continuó trabajando en el local de comidas, hasta que luego del despido, decidió probar suerte jugando un Loto por internet, en el que incluyó la opción Revancha.

Y, claro, la revancha llegó con creces. Logró llevarse 1.179 millones de pesos que, de seguro, le cambiarán la vida.

La discusión
La discusión

Los números que habría escogido el hombre serían su fecha de nacimiento, la de su esposa, la de sus dos hijos, la de su matrimonio y, el último, al azar.

Patricio González
, gerente comercial de Polla, contó al diario local La Discusión que “(a Alejandro) le llegó la notificación al correo y él creyó que se trataba de una broma o una estafa”.

Según continuó narrando, el ganador “le comentó a su jefe del local de sushi y este le dijo lo mismo. Lo cierto es que el correo era claro, se había ganado la Revancha, con la linda cifra de 1.179 millones de pesos”.

Cuando supo que todo era real, concurrieron a las oficinas de Polla. “Ellos muy tranquilos llegaron hasta acá, a pesar de que la emoción iba por dentro y se notaba”, dijo González al medio.

“Son cosas que reconfortan, imaginar que él había quedado cesante el mismo día de su cumpleaños y que tuvo que darle esa triste noticia a su señora y a sus hijos, para luego enterarse dos días después de una suerte tan distinta”, afirmó el gerente.

Si bien aún no se han obtenido declaraciones del (muy) afortunado ganador, la autoridad de Polla puntualizó que este caso “demuestra que la suerte es algo muy especial, es democrática porque puede favorecer tanto a los grandes como a los pequeños de este mundo, es decir nadie está ajeno a ella”.