Los bebés son impredecibles, y un pequeño momento de descuido puede tener graves consecuencias. Esa es la situación en la que se encontró Kelly Jackson, madre que vive en la provincia de Nueva Scotia en Canadá, quien no se dio cuenta que su hijo Leeland de 18 meses de edad había despertado de su siesta y había logrado abrir la puerta hacia el patio trasero de la casa, cayendo dentro de la piscina familiar.

Por suerte, su hermana Lexie, quien tiene una parálisis cerebral severa, lo vio todo desde donde se encontraba, y actuó rápidamente para avisarle a su madre y abuela del peligro.

Esto no fue fácil para la pequeña de 9 años, quien no puede formar frases debido a su parálisis, ni tampoco puede moverse de manera ágil. Debido a esto, Lexie debió gritar con todas sus fuerzas, e intentar usar su movilidad limitada para apuntar hacia la puerta abierta a través de la cual Leeland había salido al patio, esperando llamarle la atención a alguien.

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Por suerte, su abuela Nancy Comeau-Drisdelle escuchó sus gritos de auxilio, corriendo rápidamente hacia ella. “Estaba gritando, y apuntando hacia la puerta. Fue ahí cuando me di cuenta de que no encontraba a Leeland”, afirmó la mujer al recordar el incidente.

“Fui hacia afuera y ahí estaba, justo agarrándose del borde de la piscina. Así que lo tomé para sacarlo”, indicó Comeau-Drisdelle al hablar sobre la situación en la que encontró al niño.

Según la información consignada por el canal de noticias local CTV Atlantic, el pequeño había tragado un poco de agua, aunque parecía no estar en peligro luego de su rescate; De todas formas, la familia decidió llevarlo al hospital para asegurarse de que todo estaba bien.

“Lloré, la abracé, y le agradezco todos los días lo que hizo”, dice Kelly Jackson al hablar sobre su reacción al incidente, afirmando que la pequeña le salvó la vida a su hermano en ese momento. “En cosas como ésta, dos segundos hacen un mundo de diferencia”, comentó.

La fuerza policial del área ha premiado a la joven por sus accciones, y la familia ha tomado medidas para evitar que un incidente parecido ocurra de nuevo, instalando una nueva cerca entre la casa y la piscina de la casa.

“No necesitas poder caminar o incluso hablar. Todavía puedes hacer que te escuchen y ayudar. Y sí, salvar vidas”, dijo la abuela de la pequeña al hablar sobre sus acciones.